**Mientras el coordinador tricolor en el Congreso del Estado Rodrigo de la Rosa le echaba la culpa a los panistas de lanzar la primera piedra contra la casa de enlace de la senadora Lilia Merodio, el panista mayor César Jauregui, confesaba casi casi acá entre nos, que fue la misma Merodio quien le dijo a su compañero y amigo, el senador Ernesto Cordero, que está segura de que se trata de los mismos priistas que aprovecharon la supuesta campaña de odio emprendida contra ella desde las redes sociales, no sólo por haber votado por la Reforma Hacendaria, sino por olvidar que al estar en el Senado se vuelve representante de todos los chihuahuenses y decirle a un usuario que “si no votaste por mí, no me reclames”. Según el azul se trata del inicio de las hostilidades rumbo al 2016. Vaya usted a saber.
**El que dijo “no está el gober, pero estoy yo” fue el fiscal general Jorge Nicolás, quien al conocer la liberación de Israel Arzate, acusado de participar en la masacre de Villas de Salvárcar, ni tardo ni perezoso y bien plantado en el estilo Duartista, dijo que buscaran detenerlo de nuevo para juzgarlo, ahora sí, por el delito que se le acusó y por el que no se le había procesado, “si hubiera nuevos elementos”, que sin embargo, no se aportaron durante estos años. Situación que de inmediato y desde la capital del país desestimo el mismo abogado de Arzate, al afirmar que en tres años la Fiscalía no pudo presentar ninguna otra prueba que lo incriminara, que no fuera la confesión bajo tortura. Tortura que por cierto, para el coordinador priista Rodrigo de la Rosa deja muy mal parado a Chihuahua en el tema de derechos humanos, al considerarlo un retroceso.
**A propósito de dimes y diretes, nunca en tooooda la historia de la presente Legislatura se había visto una participación tan mediocre como la del diputado Eloy García contestándole a la panista Maru Campos, cuando ésta le reclamó con pruebas en mano, que haya negado en la sesión anterior, la existencia del Teleférico de Parral, que aparece sin embargo, en el Informe de Gobierno con una inversión de 90 millones de pesos. Campos le exigió que aclarara entonces si mentía García o mentía el Gobierno y una disculpa pública por llamarla a ella mentirosa, pero entonces García salió con cuestiones de género, de que no se valía tirarse al piso por ser mujer, y que si qué le había hecho Parral a la legisladora para hablar así. Pero de lo otro no dijo ni pío. Ese es el nivel de legisladores del que nunca se salvan las legislaturas.