Chihuahua.- Son invisibles, no son sino una cifra más, un expediente, el puntito negro en el arroz de las autoridades. Sólo en 2012, 526 personas fueron desaparecidas en Chihuahua, 107 mujeres, y 419 hombres, de los que, sin embargo, no hay ninguna pesquisa emitida.
Algún día salieron hacia su casa o al trabajo para no volver más, a algunos quizá de ahí mismo se perdieron. Sus familias les esperan día y noche. Pero para las autoridades no existen, a pesar de que el alto número presentado dice claramente que en Chihuahua sí hay, sí había desde hace mucho, trata de personas, cuando el problema incluso se minimizó.
Además, si bien disminuyó el número de mujeres asesinadas durante 2011, para el 2012 ocurrieron 255 asesinatos dolosos de mujeres, aun cuando las autoridades han tratado siempre de minimizar tanto los números como la situación, tal como lo hizo el gobernador del estado César Duarte, quien en marzo del año pasado se reunió con integrantes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para exponer que la violencia contra mujeres había disminuido, al dar cuenta únicamente de 30 casos, siendo que para entonces se contabilizaban más de 80.
Inició en ese entonces una polémica pública, porque mientras el Gobierno ofrecía cifras mucho más bajas, organizaciones sociales dedicadas a contabilizar los feminicidios y las desapariciones en Chihuahua, mostraban cantidades alarmantes, por lo que llanamente el gobernador las acusó de emprender una “campaña negra” para desprestigiar al estado.
Por ello, fue necesario solicitar la información a través de la Unidad de Transparencia de la Fiscalía, a través del Sistema Infomex, que sin embargo, no ofrece los datos completos desde un inicio, sobre todo en cuanto a la causa de muerte de mujeres en el 2012, al detallar al menos, 78 casos de muertes como “no determinada” u “otros”.
Nadie sabe, nadie supo
Apenas el 21 de septiembre de 2012, el gobernador minimizó el problema de la trata de personas, al decir que “es un tanto presente el fenómeno, pero tampoco creo que sea en la dimensión que se ha promocionado en el estado", cuando para entonces ya se documentaban cientos de casos.
Y es que de acuerdo con las cifras proporcionadas por la Unidad de Transparencia en un formato un tanto complicado de interpretar, sólo en 2012 un hombre desaparece cada 20 horas, y cada cuatro días una mujer.
Así, del total de personas desaparecidas en 2012 con reporte vigente, que fue de 544 personas, destaca el caso de los 419 hombres que un día desaparecieron sin más, siendo la edad entre los 21 y los 30 años en la que más se presentaron casos, con 117; seguido por hombres de 31 a 40 años con 96, y jovencitos desde los 11 a los 20 años con 95 denuncias.
Sin embargo, llama la atención que pese a haberse registrado 14 casos de desaparición de niños desde cero a diez años, no hay una sola pesquisa por parte de la Fiscalía.
Una de las preguntas a la Unidad de Transparencia fue precisamente sobre las pesquisas existentes, que es uno de los puntos a cumplir por el Estado Mexicano tras la sentencia de la Corte Interamericana sobre el Campo Algodonero en Ciudad Juárez, por lo que sólo hay, aunque no completas, pesquisas de mujeres.
Los resultados se engloban en 26 pesquisas en la zona Centro, una de ellas sin foto: 98 en la zona Norte, dos sin foto y una con el logotipo del Sistema de Desarrollo Integral para la Familia, DIF; 21 pesquisas en la zona Occidente, todas sin foto; así como las seis de la zona Sur, que tampoco tienen foto; es decir la sentencia de la Corte se está cumpliendo a medias, ya que faltan en total 68 pesquisas de mujeres, mientras que de los 419 hombres que desaparecieron en el estado durante 2012, no hay ninguna publicada.
Entre las causas de desaparición de hombres, dice el activista y ex diputado Víctor Quintana, está la “operación de la economía del alcohol, de la droga y de la prostitución. Los establecimientos dedicados a estos rubros intentan por diversos medios, llenar el tiempo libre y los pocos espacios de ocio y de diversión de las personas, sobre todo de los jóvenes, no sólo poniéndolos en contacto sino integrando a muchos de ellos, a las redes del crimen organizado”, por lo que en muchos de los casos, no se les vuelve a ver jamás.
En cuanto a las mujeres desaparecidas, la mayoría de los casos se presenta entre los 11 y los 19 años, con 70 denuncias, lo que refuerza la idea de la trata, al ser esta edad la idónea tanto para convencerles como para ofrecerlas como mercancía; seguido por mujeres de 20 a 30 años con 14 casos, incluso mujeres más grandes, dos casos de 61 años en adelante, y hasta niñas, seis casos de cero a diez años.
Esto, dice la representante del grupo “Mujeres por México, Graciela Ramos, sólo demuestra el poco interés que se tiene en Chihuahua por el problema, y al contrario “está más interesado en resolver secuestros o extorsiones, en lugar de los homicidios o desapariciones de mujeres”.
Y si buscan resolverlo, irremediablemente lo hacen desde el prejuicio “uno de los puntos primordiales de la violencia de género es culpabilizar a las mujeres de los delitos que ellas sufren, son las únicas víctimas, de violencia o de homicidio, que son dobles víctimas, porque además, tienen que probar que eran inocentes”.
Asesinatos de mujeres
Entre enero y diciembre fueron asesinadas en mujeres cerca de 400 mujeres por diversas circunstancias, aunque la mayor parte, el 69%, falleció en sucesos relacionados con el crimen organizado
Mientras que la asociación civil Justicia para nuestras hijas cierra su recuento hasta el 23 de diciembre con 203 mujeres asesinadas durante 2012, la respuesta de la Fiscalía da cuenta de 255 casos, en los que la estadística de mayor peso se la llevan aquellos perpetrados con un arma de fuego, con 125.
Además de detallar causas como arma blanca con 23 casos, asfixia con diez, quemaduras con cuatro, golpes con 14 y uno por envenenamiento, la Fiscalía señala que hay 18 casos en los que la causa de muerte obedece al “otros”, y 60 más “sin poder determinar”.
El rango de edad de las mujeres asesinadas, sólo en 2012, va desde los cero a los diez años con diez denuncias; de los 11 a los 20 años con 45; de los 21 a los 30 años con 84; y seis más de 60 en adelante.
Además, como si el dolor de los padres no fuera suficiente al no volver a saber nada de sus seres queridos, o bien, al enterarse de que también han sucumbido a la violencia, la Fiscalía realiza ahora otra violación sistemática no sólo a los derechos de los padres de saber de sus hijas, sino a las mismas mujeres “encontradas” de tener una sepultura digna; cuando resguarda, en algunos casos hasta por dos años, los restos de víctimas recuperados, pero jamás cotejados, jamás entregados a la familia, sino hasta que ya no hay otra opción.
Pendiendo su nombre de esa Cruz de Clavos, ubicada frente al Palacio de Gobierno donde con listones de color rosa se les ofrece un homenaje, a veces las mujeres son invisibles, y sólo importan cuando se reúnen para manifestarse, o cuando son asesinadas a las puertas de edificios públicos, ante la mirada impasible de la autoridad.
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