Alguna vez entraron ataúdes con cortejo incluido, madres en busca de sus hijas, barzonistas con todo y caballos; hoy los maestros defraudados no pudieron ingresar al Palacio de Gobierno, un edificio público que es Patrimonio Cultural del Estado y cuyas puertas se cierran últimamente a la menor provocación.
A través de un megáfono una de las manifestantes que se han plantado desde hace días en la Cruz de Clavos, reclamaba a grito abierto por qué las puertas se han cerrado para la sociedad "las puertas de Palacio te las abrimos a ti, no tú a nosotros Duarte, nosotros votamos por ti para que ahora nos cierres las puertas, no se vale".
A su lado, un puñado de maestros miraba espectante la puerta cerrada y de vez en cuando parecían observar "mira, ahí se abrió una ventana", mientras los medios de comunicación llegaban desde la puerta trasera, los automovilistas simplemente miraban "una manifestación más" y policías se acercaban a preguntar "nada más qué es lo que querían".
Desde el lunes pasado cerca de 80 maestros arribaron frente a Palacio desde Camargo y Jiménez, donde en una audiencia pública se enteró al gobernador del estado César Duarte, el fraude sufrido por más de 400 trabajadores. Ahí mismo, el gobernador se comprometió a solucionarlo, lo que derivó en la detención de la supuesta defraudadora.
Sin embargo, las mantas instaladas junto a la Cruz de Clavos daban cuenta de que como en otras ocasiones, las palabras son del aire y para allá van; cuando exigían "solución inmediata, no a los descuentos ilegales".
Otra más cuestionaba que "¿dónde dejó la credibilidad de sus audiencias públicas?", mientras mujeres y hombres, ya mayores, miraban con incertidumbre a la del megáfono, cuya voz y demandas no fueron suficientes para lograr entrar.
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