Ciudad de México.- Temerosos de que fueran blanco de espionaje, los altos funcionarios del gobierno de Felipe Calderón evitaban enviar documentos sensibles por correo electrónico, preferían hablarse en persona y cuando se comunicaban por teléfono, muchas veces lo hacían en "clave" para que los espías no entendieran de qué estaban hablando.
"Lo más importante se le daba impreso (al presidente)… Cuando tenía que sostener una conversación muy importante, lo prefería hacer caminando por el bosque de Chapultepec", dijo en entrevista Rafael Fernández de Castro, uno de los asesores en temas internacionales durante el gobierno de Calderón.
Fernández de Castro afirmó que durante el tiempo que colaboró en el gobierno de Calderón (de 2008 a 2011) pensaba que su celular, su oficina y sus teléfonos fijos estaban intervenidos aunque "no sabía si por fuentes mexicanas o fuentes extranjeras".
El senador Javier Lozano, secretario de Trabajo durante cinco años del mandato de Calderón, señaló que los funcionarios federales también recurrían a correos electrónicos encriptados para comunicarse, pero las filtraciones de Snowden indican que esos mecanismos fueron superados.
“En teoría teníamos un mecanismo encriptado, más allá de los tradicionales o convencionales, pero son de tal sofisticación estos instrumentos de espionaje que no sabes hasta qué punto fue vulnerada la red de protección que teníamos”, dijo.
El domingo pasado, el semanario alemán Der Spiegel informó que Calderón y miembros de su gabinete fueron espiados por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense según un informe secreto fechado en 2010 y que filtró a la prensa el excontratista de la NSA, Edward Snowden.
La NSA implementó dos programas para vigilar a funcionarios mexicanos: Flatliquid para intervenir los correos electrónicos de Calderón y miembros de su gabinete, y Whitetamale para espiar a altos cargos de la extinta Secretaría de Seguridad Pública.
Cuando los funcionarios más importantes tenían que hablar por teléfono, dijo Fernández, “las llamadas eran por la red federal y uno utilizaba la red para hablarle al presidente Calderón por el teléfono rojo que tienen los funcionarios de muy alto nivel”.
Una fuente que tuvo acceso al teléfono rojo durante el gobierno de Calderón, pero que pidió no ser identificada, confirmó que entre los funcionarios había la presunción de que eran espiados, y por ello a veces hablaban en "clave".
"Se supone que la red federal y la red presidencial eran las más seguras para hablar y tratar temas delicados, pero también había una manera de no ser tan claros, a veces se decían frases que solo entendían los secretarios y el presidente", dijo la fuente.
La red federal sirve para la comunicación de funcionarios de niveles medio-altos, y la red presidencial es para la comunicación exclusiva del jefe del Ejecutivo con los secretarios y gobernadores. Estas tecnologías son parte de la llamada Red Privada del Gobierno Federal, que es operada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
"Muchos diálogos por teléfono se posponían hasta no estar todos conectados a la red federal. Otra manera de comunicarse era el chat de Blackberry, era la forma más usada. La Blackberry era más popular que el teléfono rojo", dijo la fuente que trabajó en el gobierno durante el sexenio de Calderón.
Según Der Spiegel, los espías de la NSA obtuvieron al menos 260 informes gracias a la vigilancia contra Calderón y su equipo. Además, la NSA espió en 2012 al entonces candidato y ahora presidente Enrique Peña Nieto y nueve de sus más cercanos colaboradores, interceptando más de 85,000 mensajes de texto.
Cuando se supo el 1 de septiembre pasado sobre el espionaje contra Peña Nieto, la Secretaría de Relaciones Exteriores manifestó su condena, llamó a cuentas al embajador estadounidense y exigió una investigación al respecto.
Durante 50 días nada se supo, hasta el domingo pasado, cuando volvieron a surgir pruebas de más espionaje contra México, y la Cancillería volvió a solicitar a Estados Unidos una investigación que concluya “a la brevedad”.
"Me parece que México tiene que tomar providencias y evitar ser hackeado por Estados Unidos o por otro país. La cultura de contraespionaje en México y los sistemas de contraespionaje deben de fortalecerse, cómo es posible que un presidente de México no pueda tener cuentas muy encriptadas”, dijo Fernández de Castro, quien ahora es el titular del Departamento de Estudios Internacionales del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Para el senador Lozano, es necesario que el gobierno actual refuerce la seguridad de sus redes de comunicación. Sin embargo, consideró que debido a que Estados Unidos tiene tecnología superior a la de México, y podría volver a infiltrar comunicaciones de autoridades, se deben tomar otras medidas como tener cuidado con la información que se transmite.
“Ojalá que el gobierno eche mano de todos los mecanismos a su alcance para evitar este tipo de ataques, pero dudo mucho que tengamos la capacidad de estar tecnológicamente más adelante que ellos. De eso sí tengo mis dudas. Por lo tanto, pues más nos vale ser muy reservados en las formas en que nos comuniquemos y saber que estamos expuestos a esto y más”, dijo.
Hasta ahora, la SCT no ha comentado acerca del nivel de encriptación y seguridad que tienen los sistemas de comunicación de las más altas esferas del gobierno federal, y esta secretaría es la responsable de la eficiencia, seguridad y confiabilidad en las comunicaciones y enlaces requeridos entre los altos funcionarios cuando utilizan los sistemas de datos del gobierno federal.
En Brasil, donde la NSA también realizó actividades de espionaje según los documentos revelados por Snowden, la presidenta Dilma Rousseff anunció recientemente la implementación de un nuevo sistema de datos para mantener a salvo las comunicaciones oficiales de los funcionarios brasileños.
El diario Le Monde reportó este lunes que la NSA interceptó 70 millones de llamadas telefónicas hechas en Francia en un periodo de 30 días. El gobierno de francés consideró "totalmente inaceptable" el espionaje a millones de ciudadanos.
CNNMéxico