**En otra más del Vivebús, la queja más reciente es de que en las máquinas expendedoras y de recarga cada vez es más frecuente ver el letrero de “no acepta monedas”, lo que ocasiona un gran problema al usuario que lo único que quiere es recargar su santa tarjeta para poder ir en paz. Pero al obligarlo a que sólo use billetes para hacerlo, le hacen perder aún más tiempo si es que hay fila, para poder conseguir un billete si es que no trae. El problema es para los usuarios que llegan a recargar su tarjeta trayendo consigo únicamente monedas. Ni que todos los días fueran quincena.

**Y a propósito del Vivebús, un usuario publicó en Facebook una fotografía donde se muestra a uno de los empleados del sistema, en la terminal sur, feliz de la vida “checando su face”, mientras una larga fila de usuarios esperaba ser atendida por él, para adquirir sus tarjetas porque de las que prometieron que llegarían para este primer día de noviembre ni sus luces. Lo bueno es que se avisó que todo en el nuevo sistema sería “eficiente”, pero al parecer nadie creyó que sería tanto así. Ya que hasta los usuarios han fallado, pero no el sistema no vaya a creer. Resulta que la vocera Blanca Orrantia dice que los errores en las recargas, que se hacen, pero no se acreditan, son de los usuarios porque no esperan a que su recarga “sea exitosa”. Quizá entonces el que aparezca la leyenda “por el momento no acepta monedas” en la pantalla, pero no regrese todas las que se le depositó, sea también error del usuario.

**Otro error quizá y más delicado dejó sin servicio el elevador de la Independencia, y con ello a un buen número de usuarios que lo requieren para subir al Centro Histórico. Según el personal que ahí labora se trató de una fuga de agua, que sin embargo, ya tiene al menos desde el pasado viernes y aún está en la fase del “ya merito la arreglan”. Como sea las malllas metálicas en uno de los accesos y las tira amarillas de “no pase” en las puertas del elevador, dan muy mala imagen al Ayuntamiento.

**Cuando todo parecía que al fin las cosas habían cambiado en el Congreso del Estado, cuyo anterior “jefe” intentó el primer día dejar fuera a la prensa, y después se le dio un trato prácticamente malo cuando prácticamente ni botellas de agua y a veces ni vaso para tomar del garrafón hay para la prensa, ahora resulta que hay instrucciones, se dice que desde la jefatura de Comunicación Social, de no prestar ni teléfonos ni computadoras a los reporteros de la fuente, vaya  a saberse bajo qué pretexto, cuando en la sala de prensa no hay teléfono para hacer las llamadas que se hacen a los mismos diputados y otros funcionarios. Resulta curioso este nuevo ordenamiento, pero se suma también que hasta el listado con nombre, foto y número telefónico de los nuevos legisladores sea negado a los representantes de los medios de comunicación, quienes se han visto imposibilitados para conseguirlo debido a que sólo es entregado por una sola persona, en este caso uno de los diseñadores del Congreso. Como también parecen esconderse las reuniones que se realizan al interior del Congreso, de las que se enteran sólo unos cuantos y no toda la oficina para poder informar a la prensa, en caso de requerirse. Total que pareciera que las galletitas y los refrescos que ahora sí se “comparten” con los reporteros en las sesiones, son a cambio de estas medidas retrógradas que suenan netamente a capricho o a enojo de alguien. Por mientras, el coordinador de los diputados priistas, el nuevo jefe pues, ya dijo esta boca no es mía. 


 
Top