Ciudad de México.- Cuando se habla de morir, la gente se refiere por lo general al fallecimiento de una persona o incluso de una mascota. En cambio, la ciencia ha demostrado que existen otros tipos de muerte que, por más contradictorio que nos parezca, aportan ventajas en el desarrollo armónico de un organismo.
Marcelino Cereijido, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), expuso que una de ellas es la muerte celular programada, que consiste en desechar a lo largo de nuestra vida estructuras que nuestro organismo ya no necesita.
"La evolución tiende a eliminar los genes que confieren cualidades negativas, las que hacen que el organismo sea espástico, o no resista a infecciones, o tenga un mecanismo de coagulación imperfecto. En cambio, los que son imprescindibles para vivir u otorgan alguna ventaja en la lucha por la vida tienden a conservarse".
De acuerdo con el investigador adscrito del departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias, en todas y cada una de nuestras células existen genes programados para matarlas en cuanto surja la necesidad, lo que representa uno de los hallazgos científicos más trascendentales de todos los tiempos.
"Cuando niños teníamos una glándula llamada timo, de adulto no porque la vida está organizada de tal manera que cuando algo no se necesita más, no se le retiene ni mantiene el resto de tus días", dijo el investigador en un comunicado.
Agregó que la profusión de la muerte celular ocurre sobre todo hacia el fin de la vida fetal y principios de la niñez, porque es entonces cuando se eliminan circuitos neurales y mecanismos que se usaron durante la vida fetal pero que ya no serán necesarios.
Explicó también que la muerte junto con el nacimiento es el fenómeno biológico más constante y generalizado de la vida que codificada con los genes, ha impulsado una evolución que un día nos generó como seres humanos.
"Un persona puede activar genes de la muerte, por la acción de éstos, se suicidan las células que ya no se necesitan, y aceptan que otras células vengan a devorar su cadáver, pues al organismo le conviene que a cierta altura de su desarrollo, determinadas células se maten".
"No se trata de algo insólito: es normal contar con estos suicidios que se refieren a una muerte celular programada".
El autor del libro La muerte y sus ventajas, asentó que si por deficiencias genéticas o manipulaciones experimentales se impiden esas muertes celulares, la consecuencia no es la vida eterna, sino el desarrollo de tumores y "monstruosidades", pues las células se multiplican y diferencian de maneras anormales.
"Hay células que resultan ser cancerosas porque no escuchan' la orden de suicidarse o generan su propia orden de no morirse; lanzan al medio algunos factores, que luego ellas mismas reciben y así consiguen seguir vivas y reproducirse".
Por otro lado, existe un proceso de muerte celular no programado: la necrosis, que se observa cuando nos damos un martillazo en el dedo, nos pica una araña o nos quemamos, y desata la pérdida de las células de una forma accidentada y por lo tanto, no contemplada.
El Premio Nacional de Ciencias y Artes reconoció que aún no se entiende cómo sabe el organismo cuál es el número óptimo de cada tipo celular y cómo las optimiza, por lo que su estudio es uno de los aspectos más interesantes que ocupan a la biología moderna.
Notimex/El Universal