Chihuahua.- El juez de Garantía Alberto Ocón Campos le dio vista al Ministerio Público para que abra una investigación en contra de agentes ministeriales por presuntos actos de tortura en contra de uno de los detenidos por la masare de una familia en la colonia Morelos Zaragoza.

Jesús Daniel Mendoza Hernández, fue presentado ayer ante el juez de Garantía Ocón Campos y refirió que fue golpeado y torturado psicológicamente por agentes ministeriales. Hoy será presentado ante el juez de Garantía el otro detenido, Édgar Uriel Luján Guevara.

“Nadie puede ser objeto de tortura, otros tratos y penas crueles, inhumanos y degradantes, por lo que en este momento se presenta la denuncia correspondiente ante el Ministerio Público y se ordena la aplicación del Protocolo de Estambul”, expresó el juez Ocón Campos.

El juez de Garantía le dio un plazo al Ministerio Público para que a más tardar en la audiencia de vinculación a proceso informe sobre los avances de esta investigación.

El imputado Jesús Daniel Mendoza al levantarse la camiseta mostró un hematoma a la altura del ombligo como parte de los golpes a que fue sometido por agentes ministeriales.

El juez decretó la prisión preventiva para Mendoza Hernández por un lapso de dos años y fijó para el 25 de noviembre la audiencia de vinculación a proceso.

Por otra parte, quedaron evidenciados algunos vicios de la Fiscalía General del Estado que conllevan a una mala integración de la carpeta de investigación.

En todo momento, la Fiscalía informó que ambos fueron arrestados en los términos de la flagrancia, los declararon y los presentaron a los medios de comunicación y a última hora solicitaron una orden de aprehensión contra Jesús Daniel Mendoza y así lo presentaron ante el juez de Garantía.

Mientras que a Édgar Uriel Luján lo van a presentar ante el juez de Garantía con una orden de detención de caso urgente, librada por un agente del Ministerio Público, según se dijo.

Aparentemente les sembraron droga con la finalidad de retenerlos y luego justificar el arresto con una orden de aprehensión y detención de caso urgente para posteriormente fincarles su participación en la masacre de toda esta familia.

Según la Fiscalía General del Estado, la detención de Mendoza Hernández fue al exterior de su vivienda ubicada sobre la calle Puerto de Palos, en la colonia Morelos Zaragoza y el arresto de Luján Guevara fue también al exterior de su domicilio ubicado sobre la calle Puerto Vallarta, en la colonia Portal del Roble.

Mientras que existen otros dos participantes en estos hechos que se encuentran sustraídos de la acción de la justicia y están plenamente identificados.

Según la Fiscalía General del Estado, se tuvo conocimiento de que el móvil de este múltiple homicidio fue una deuda de mil 500 pesos que tenía Máximo Martín Romero Sánchez, con uno de sus agresores.

Hace dos meses, uno de los agresores le prestó un perro pitbull blue a Máximo Romero para que lo cruzara con una perra de la misma raza a cambio de los mil 500 pesos y éste nunca les pagó esta deuda.

Los dueños del perro empezaron a presionar a Máximo para que les pagara ese dinero y éste nunca se los pagó.

El pasado 17 de noviembre alrededor de las 10:00 horas, los dos prófugos en compañía de Jesús Daniel Mendoza Hernández y Édgar Uriel Luján Guevara acudieron a la casa de Máximo en una minivan Astro color café a exigirle el pago del dinero.

Uno de ellos ingresó a la vivienda y estuvo en la sala mientras que el otro se quedó en el patio del inmueble. Al ver esta acción, los demás integrantes de la familia se alojaron en una de las recámaras.

Después de exigirle el pago del dinero, empezaron a discutir y el dueño del perro tomó un cuchillo de la cocina y comenzó a agredir a Máximo y al escucharse los gritos los demás cómplices se metieron a la casa y sometieron a toda la familia.

Posteriormente los ataron y amordazaron con un hilo y cinta plástica transparente que localizaron en la vivienda, y como tres de los agresores eran conocidos por la familia, decidieron privarles de la existencia por temor a ser denunciados.

En los cuerpos de los menores se pudieron apreciar hasta 20 cuchilladas de la extrema brutalidad y saña con que fueron asesinados.

Jesús Daniel confesó que él participó en la masacre al cuidar durante 15 minutos la puerta y después de que fueron asesinados Max y otro hombre ingresó para sacarles el dinero de las carteras, en total 2 mil 500 pesos. “Yo estaba cuidando la puerta de la casa de la familia que asesinaron”, dijo.
Carlos Huerta | NorteDigital
 
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