El sector botanero rechazó la aprobación del impuesto de 8% a alimentos con alto contenido calórico que aprobó el Senado. Advirtieron que este impuesto “lo terminará pagando el consumidor”.

Ayer en la madrugada, el pleno del Senado avaló elevar de 5% a 8% el impuesto a la llamada “comida chatarra”. La propuesta aprobada permitirá recaudar 5 mil 600 millones de pesos.

Bruno Limón Celorio, presidente de la rama 106 de fabricantes de botanas de la Canacintra, anunció que a partir del 1 de enero de 2014, este sector trasladará a proveedores y consumidores este gravamen, lo cual estima elevará el precio final entre 8% y 10%.

En entrevista para EL UNIVERSAL, el representante de Sabritas, Barcel y Bocado, explicó que como parte de las estrategias a seguir por la industria están el etiquetado y empaquetado con porciones más pequeñas en las presentaciones de sus productos. “Sin embargo, esta medida no es la más acertada, pues se ha evidenciado que no ha dado resultados”, dijo.

Luis Martínez, director de Asuntos Corporativos de Bimbo, afirmó que este impuesto podría verse reflejado en un alza de precios en productos Marinela, Ricolino y Barcel, por lo que no descarta una reformulación en su oferta.

ConMéxico, que agrupa a 46 empresas de las industrias de alimentos y bebidas, manifestó su rechazo al uso de impuestos como una medida efectiva de salud pública, y afirmó que quien pagará este impuesto serán los consumidores.

Acatan medidas, pero hay rechazo

El sector refresquero también rechazó el gravamen de un peso por cada litro de refresco, previamente avalado por legisladores, pero reconocieron que apoyarán la medida.

Brian Smith, presidente de Coca-Cola para América Latina, expresó que apoyarán al gobierno federal con su estrategia de salud, pues es uno de los ejes de sustentabilidad de la compañía.

Sin embargo, previó que con el alza en los impuestos, el sector tendrá pérdidas por 1.2 billones de dólares anuales, “pero al final será el consumidor el que pague estos costos”.

En entrevista, el directivo pidió que los recursos obtenidos de estos impuestos se empleen para combatir la obesidad y la diabetes.

En ese mismo sentido, se pronunciaron los presidentes de la Coparmex y de Canacintra, Juan Pablo Castañón y Rodrigo Alpízar, quienes exigieron al gobierno que los recursos obtenidos se etiqueten con transparencia para el combate de la obesidad en México. No descartaron acciones legales para revertir el daño al sector y al consumidor.

Actualmente, el valor de la industria refresquera mexicana es de 17 mil millones de dólares. Coca-Cola Femsa, posee 70% del mercado; Pepsico 20%, Peñafiel detenta 5% y el resto de las compañías, 5%.

Se prevé que este impuesto al refresco recaude 12 mil 500 millones de pesos, de los cuales, a decir de Humberto Jasso, director de la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera, sólo 2.5% se destinaría a la prevención.

Para el sector, el alza en precios mermará ventas y tendrá un ajuste de 15% en su planta laboral.

La aprobación del IEPS a refrescos afectó a las refresqueras que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores. Las acciones de Arca y Coca Cola cayeron 1.94% y 1.28%, respectivamente.

 
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