El Cairo.- Cuatro periodistas de la cadena de televisión Al Yazira han sido detenidos por las autoridades egipcias. Los periodistas se habían entrevistado con miembros de los Hermanos Musulmanes, el histórico movimiento islamista que fue declarado oficialmente una organización “terrorista” el pasado miércoles.
La cadena ha confirmado el arresto de los informadores, que trabajan para su canal en inglés, entre los que figura un conocido reportero australiano. En un comunicado, el Ministerio del Interior ha informado que se les acusa de trabajar de forma ilegal en Egipto y de haber transmitido informaciones que perjudican seguridad nacional.
“La Seguridad Nacional ha recibido información de que un miembro [de la Hermandad] utilizó dos habitaciones de un hotel de El Cairo para celebrar reuniones con otros miembros de la organización, y la convirtieron en un centro de prensa”, reza el comunicado de Interior, que no ofrece los nombres de los reporteros arrestados. En el texto se acusa a los reporteros de “transmitir noticias que dañan la seguridad doméstica, difundir rumores y falsas noticias a la cadena catarí Al Yazira sin permiso”.
A través de una noticia en la página web de su canal en inglés, Al Yazira ha pedido “la liberación inmediata” de sus empleados que ha identificado como el reportero australiano Peter Greste, que fue corresponsal de la BBC, los productores Baher Mohamed y Mohamed Fahmy, que posee la nacionalidad canadiense, y un cámara egipcio, Mohamed Fawzy. Una fuente de la emisora ha informado al diario Al Ahram que Greste y Fahmy fueron arrestados en un hotel, mientras el cámara lo fue en su domicilio. Además, les fueron confiscadas sus cámaras y otro material de trabajo.
En la web de Al Yazira se define a Peter Greste como un “veterano periodista que había trabajado para la CNN, Reuters y la BBC, y fue galardonado en 2011 con el premio Peabody por un documental sobre Somalia. Uno de los productores arrestados, Mohamed Fahmy, había trabajado anteriormente en la cadena CNN, y es actualmente el director de la oficina del canal en inglés de Al Yazira en El Cairo.
Esta no es la primera vez que la cadena catarí padece el acoso de las autoridades egipcias. Las semanas posteriores al golpe del 3 de julio contra el presidente islamista Mohamed Morsi, varios periodistas fueron arrestados, sus oficinas fueron registradas, se confiscó buena parte de su material, y se clausuró la cadena Al Yazira Mubasher Masr, especializada en cubrir los acontecimientos que suceden en Egipto.
Hasta ahora, la presión del Gobierno egipcio, respaldado por el Ejército, se había concentrado sobre todo en las emisoras de Al Yazira en lengua árabe, a las que se ha acusado de ofrecer una información sesgada a favor de los Hermanos Musulmanes. El régimen de Catar, sede de la cadena, estableció una estrecha alianza con la Administración del ex presidente Morsi, uno de los líderes de la Hermandad, y le suministró más de 5.000 millones de dólares en asistencia económica. Tras el derrocamiento de Morsi, las relaciones entre ambos países se han deteriorado sensiblemente.
El arresto de los periodistas de Al Yazira es un ejemplo más de las dificultades que experimentan los reporteros en Egipto. Después del golpe, se han clausurado 10 cadenas de televisión, todas ellas de tendencia islamista, así como también el periódico vinculado al brazo político de los Hermanos Musulmanes. La pluralidad informativa ha prácticamente desaparecido, ya sea a causa de las presiones del gobierno o de la autocensura. Un ejemplo de ello fue la suspensión del programa satírico del célebre cómico Bassem Youssef después de haberse mofado de las autoridades.
Por otro lado, el presidente interino del país, Adli Mansur, abrió la puerta el domingo a celebrar las elecciones presidenciales antes que las legislativas, en contradicción con lo establecido en la hoja de ruta promulgada tras la caída de Morsi. En todo caso, Mansur aseguró que ambas tendrían lugar durante los próximos seis meses. Según los analistas, un adelanto de las presidenciales facilitaría el posterior control del parlamento por parte del futuro presidente. Existen crecientes rumores de que el ministro de Defensa y hombre fuerte del régimen, Abdelfattá al Sissi, pretende presentarse como aspirante presidencial.
Casi tres años después de la caída del dictador Hosni Mubarak, Egipto es un país muy fracturado. La declaración de la Hemandad como grupo “terrorista” y los recientes atentados, como el que causó el martes pasado la muerte a 16 personas en la ciudad de Mansura, han incrementado la tensión durante los últimos días. Según explicó un portavoz de Interior, cualquier persona que participe en una manifestación de la Hermandad o defienda sus intereses “a través de la palabra o escritura” se enfrenta a una pena de cinco años de cárcel.
Agencias