Ciudad de México.- El juzgado 58 penal dictó auto de formal prisión a Yakiri Rubí Rubio por homicidio calificado. Está acusada de presuntamente matar a su violador.

La tarde de este martes la Procuraduría capitalina señaló que no está acreditado que Yakiri Rubí Rubio fuera agredida sexualmente; y el procurador, Rodolfo Ríos, explicó que, de acuerdo a las declaraciones recabadas en el hotel donde sucedió el asesinato, Yakiri llegó con Miguel Ángel por voluntad propia.

“Tenemos testimoniales en la averiguación previa, donde ella entra con una persona de manera voluntaria y derivado del dicho de ella no está acreditado que existiera una violación”, afirmó.

Asimismo, según reportó el funcionario, en el expediente del caso se asentó que Yakiri llevaba consigo dos cartas escritas por Miguel Ángel, el presunto agresor, lo cual evidenciaría una posible relación sentimental entre ambos.

Protestan familiares para exigir su liberación

Tanto este martes 17 de diciembre como ayer, familiares y amigos realizaron una protesta al exterior del penal femenil de Santa Martha Acatitla, para exigir la liberación de Yakiri Rubí, quien, acusan, ha recibido amenazas al interior del centro de reclusión.

A diferencia de lo publicado por algunos medios de comunicación, que tacharon el caso como ‘crimen pasional’, los familiares de la joven sostienen que ella actuó en defensa propia para liberarse de sus captores, a los que no conocía.

Según relata José Luis Rubio, padre de la joven encarcelada, el lunes 9 de diciembre de 2013, Yakiri Rubí Rubio Aupart, de 20 años, fue secuestrada alrededor de las 8 de la noche en la colonia Doctores, en la Ciudad de México, por dos desconocidos. Sus atacantes la agredieron verbalmente, la amenazaron con un arma y la llevaron forzosamente a un hotel para abusar de ella.

El principal agresor y ahora occiso es identificado como Miguel Ángel Rodríguez Anaya, quien  torturó, abusó sexual y físicamente de la joven. Cuando estaba a punto de matarla, agrega el padre, el violador la acuchilló pero la joven logró torcer la muñeca y dirigir el cuchillo al agresor para defender su vida. El criminal herido salió del cuarto  por su cuenta y escapó.

Tras el incidente, Rubí salió corriendo del hotel, gritando, semi-desnuda y pidiendo ayuda. Logró llegar a una nevería donde explicó que acababa de ser violada y pidió apoyo para llamar a la policía. Al llegar la policía, explicó el ataque al que sobrevivió y realizaron un recorrido en busca del agresor y su cómplice. Localizaron al cómplice,  Luis Omar Rodríguez Anaya. La  policía lo confrontó y el criminal acusó a la joven de haber matado a su hermano.

A pesar de que las fotografías y exámenes acreditan las cortaduras profundas, lesiones y graves heridas que sufrió Yacky durante el ataque, y de que ella fue quien pidió ayuda, la policía la detuvo y la remitió a la cárcel, donde se encuentra actualmente.

José Luis dijo al diario español El País que desde un principio las autoridades llevaron el caso con irregularidades: “Mi hija es detenida y no nos enteramos hasta las once y media del otro día. La incomunican. Le devuelven su celular y le dicen ‘haz tu llamada’, pero es sabido que en esos búnkeres no hay red, así que cuando ella pide llamar le dicen que ya es muy tarde, que mejor al otro día. Sin embargo cuando se levanta el martes, la respuesta cambia: ‘Qué crees, ya se enteró tu familia’. Nosotros fuimos hasta allí y nos dijeron que se la habían llevado ya a la cárcel, pero no, todavía estaba allí”.

A través de una petición publicada en la página Change.org familiares piden al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, la inmediata liberación de su hija. Además, usuarios de Twitter exigen liberación de la joven, con el hashtag  #JUSTICIAPARAYAKI.
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