Cuernavaca.- Agobiados por la serie de secuestros y homicidios de los que han sido víctimas desde hace unos meses, indígenas de la comunidad de Xoxocotla -ubicada al sur de la entidad-, se organizan para armarse y autoprotegerse de los grupos delincuenciales que operan en la región.

Alrededor de doscientos habitantes de esta comunidad conocida por su unidad y fortaleza en conflictos comunes, exigieron este viernes a las autoridades estatales incrementar el número de policías en su localidad integrada por más de 45 mil habitantes, instalar –al menos- tres módulos de policía, incrementar el número de patrullas para prevenir el delito y realizar rondines durante las noches.

Xoxocotla es una comunidad del municipio de Puente de Ixtla, que desde hace más de dos décadas busca convertirse en municipio, porque históricamente ha mostrado un divorcio social y político de su cabecera, a la cual sólo pertenece en materia administrativa, según los acontecimientos históricos.

Desde hace un par de años, la ubicación geográfica de esta comunidad –inmersa en el vértice de los municipios de Puente de Ixtla, Xochitepec y Tlaltizapan, la hace aísla de los principales centros urbanos lo que ha facilitado que en sus alrededores o al interior de su comunidad, los grupos delictivos constantemente "siembren" cuerpos de sus víctimas o se convierta en paso de células dedicadas al secuestro, robo de autos o el trasiego de drogas, según información estadística de la Secretaría de Seguridad Pública.

"En Xoxocotla, lo principal son los secuestros, el robo y es un tiradero de cadáveres de otros lados", indicó Félix Rojas, vecino de la comunidad y uno de los dirigentes del movimiento que acudió ante las autoridades estatales a exigir protección, pues desde hace años sólo cuentan con 18 policías para cubrir tres turnos y sólo tienen dos patrullas.

"Yo creo que nos vamos a tener que armar, hace otro "michoacanazo"... ir a la SEDENA (Secretaría de la Defensa Nacional) para que nos concedan los permisos del armamento porque de otra forma si es una olla de tiempo (sic), cada ocho días hay un robo, cada ocho días hay un secuestro, cada ocho días hay "levantones", expresó.

Elisa Estudillo Rojas, madre de varios hijos e hijas, sufrió un doble secuestro hace menos de un mes. El grupo que plagió a su hijo y a su yerno, les exigió la cantidad de un millón de pesos para dejarlos en libertad, lo cual era una cantidad muy lejana y ni siquiera imaginada para un indígena de la comunidad.

"Primero nos pidieron un millón, luego 800...", relató la señora Estudillo quien agregó que la primera exigencia de dinero vino a las pocas horas de que fueron plagiados sus familiares.

"Como a las diez de la mañana yo les dije que no teníamos dinero, qué de dónde íbamos a sacar ese dinero... y me dijeron que me hablaban a la una (de la tarde) y que si no teníamos nada, íbamos a tener una de sus cabezas en la casa".

La familia de Elisa logró conseguir un poco más de cien mil pesos y se los entregaron a los delincuentes, que posteriormente soltaron a sus familiares.

"Nos endrogamos, yo estoy bien endrogada", refirió a víctima y destacó que aun cuando pagaron el dinero para que los liberaran, los entregaron golpeados y los dejaron tirados como "perros en el cerro"; ahora su hijo no puede trabajar por las secuelas de la golpiza que recibió.
Milenio
 
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