México, DF. Toda su vida, José Emilio Pacheco tuvo a Veracruz en el alma, en el pensamiento y en su literatura. Y sus cenizas serán esparcidas en el mar del sitio donde transcurrió su entrañable infancia.
"Es un lugar al que le tenía especial cariño", definió la periodista Cristina Pacheco, viuda del poeta, a los medios de comunicación durante la ceremonia que se le rindió el lunes en El Colegio Nacional, del que era miembro.
En su poema Los pájaros, el autor plasmó: "La primera impresión de Veracruz en mi infancia fue aquella densa marejada: negras aves que parecían traer la noche en sus alas".
En un texto de Víctor A. Arredondo, publicado en la Gaceta de la Universidad Veracruzana a propósito del doctorado honoris causa que esa institución otorgó el 4 de diciembre de 2002 a Pacheco y a Enrique Florescano, puntualizó: “La presencia de José Emilio en Veracruz está llena de anécdotas y peripecias. La influencia de estas tierras se trasluce en relatos tan bellos como los que forman ese pequeño, pero extraordinario volumen El principio del placer, que ineludiblemente revela la educación sentimental recibida en los años de adolescencia.
“Otro ejemplo –prosiguió– se encuentra en la monumental Crónica de Veracruz, preparada con otro de sus amigos entrañables, don Fernando Benítez, y que debe ser reditada si queremos preservar esa memoria mexicana a la que tanto han contribuido nuestros dos insignes doctores.”
En ese discurso también se destacan "las grandes virtudes de nuestros dos homenajeados con su talento y perseverancia; el que nos descubran al Veracruz en el que queremos mirarnos y reconocernos; el que sus obras enriquecen la visión de éstas y otras latitudes, de su gente, de su vocación, de sus infinitas posibilidades. Su extraordinario trabajo, tanto en la revelación como en la creación y la divulgación cultural, nos envía un mensaje de certidumbre que fortalece el optimismo y la confianza en un futuro común".
También la búsqueda incasable de sus lectores por obtener algún comentario del escritor fue descrita en una entrevista publicada en la página electrónica Crónicas del sabor, donde se refleja la importancia del puerto en la vida de Pacheco. Allí el autor del texto narró su encuentro con José Emilio en el contexto del cuarto Festival Afro Caribeño en 1997, que tuvo como principal invitado al poeta y traductor.
“Mientras viva –expresó Pacheco al entrevistador– no me iré de aquí, Veracruz vive en mis páginas; y ya que no pude nacer aquí pido a su mar que se apiade de mis cenizas.”
La Jornada
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