Ciudad de México.- El activista y director teatral Juan Francisco Kuykendall, quien padeció una fractura craneoencefálica durante las manifestaciones del 1º de diciembre de 2012 contra la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, murió durante las primeras horas de este sábado, luego de sufrir un paro cardiorrespiratorio.
“Kuy falleció a las 5:05 de la mañana. Todavía no me han dado el acta de defunción y no sabemos cuál van a decir que fue la causa clínica, pero desde las 2:30 de la madrugada entró en paro cardiorrespiratorio”, informó Eva Palma, compañera sentimental de la víctima.
El estado de salud de Kuykendall Leal --quien desde hace unos 3 meses se encontraba internado en el Hospital General de Zona número 30, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en la delegaciónn Iztacalco—ya era crítico desde hace mucho tiempo, explicó.
“Ya estaba muy desnutrido, con escaras muy profundas y como usaba sonda para orinar y comer, las infecciones lo empezaron a atacar. Apenas ayer que fui a verlo noté que ya tenía muchas dificultades para respirar”, contó Palma en entrevista.
La mujer indicó que desde la lesión sufrida por Kuykendall durante las protestas contra la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, el activista fue atendido en varias clínicas del IMSS, incluido el Centro Médico Nacional Siglo XXI, de donde fue dado de alta supuestamente por encontrarse “estable”.
“La reflexión que me queda es que hombres tan productivos y tan preocupados por la cultura como Kuy, que fue activista desde los años 70, no merecen terminar como él por culpa del Estado, por hombres como Peña Nieto, Osorio Chong o Manuel Mondragón, que fue quienes ordenaron el operativo.
“Es muy injusto el sistema capitalista y finalmente mi compañero cae en la lucha, pero nos deja su ejemplo, su legado y lo vamos a reivindicar como adherente de la Sexta Delcaración de la Selva Lacandona. El cayó en batalla por sus ideales”, enfatizó Palma.
Tras recibir el impacto de un proyectil en la cabeza –se piensa que pudo tratarse de una bala de goma--, Juan Francisco Kuykendall sufrió una fractura en el cráneo que lo hizo perder parte de la masa encefálica.
Se espera que este sábado en la tarde el activista sea velado en una agencia funeraria de la colonia Doctores, en la ciudad de México.
Originario de Tamaulipas
El hombre de 67 años, originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, emigró al Distrito Federal en 1967 con el propósito de ser actor. Logró su meta en el Instituto Nacional de Bellas Artes, donde cursó sus estudios de arte dramático.
Su esposa, Eva Leticia Palma Pastrana, recuerda que 1968 fue un año de efervescencia política que “también sensibilizó a Kuy ”, como lo conocen sus amigos y familiares. El 2 octubre acudió a la manifestación estudiantil, pero durante las detenciones lo salvó una doctora cubana que lo escondió en su departamento.
Muchos años más tarde, luego de convertirse en dramaturgo, escenógrafo, profesor de teatro y simpatizante de organizaciones y colectivos, como la otra campaña , quisimos acudir a las protestas de mayo de 2006 en San Salvador Atenco, pero nos perdimos. Nos salvamos varias veces, asegura Palma Pastrana. No ocurrió lo mismo el pasado sábado, cuando Kuy , de 67 años de edad y vecino de la delegación Coyoacán, acudió con su amigo Teodulfo Torres a la movilización en los alrededores de la Cámara de Diputados.
“Ingresamos por la avenida Eduardo Molina, porque todo lo demás estaba cercado. Nos encaminábamos para ver qué ocurría, saqué mi cámara de video y entonces escuché un golpe seco. Volteé a ver a Kuy , pero ya estaba en el suelo”.
Queja ante la PGR
El 18 de enero un grupo de familiares y amigos del profesor Juan Francisco Kuykendall interpuso una queja ante la Procuraduría General de la República (PGR) para exigir que se aclare lo ocurrido y se castigue a los responsables del ataque.
Acompañados por integrantes del movimiento estudiantil #YoSoy132, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y otras organizaciones sociales, Rodrigo y Fernanda Kuykendall, hijos del académico, se presentaron en las instalaciones de la PGR para presentar la demanda, en la que también solicitaron reparación integral del daño.
La Jornada
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