Chihuahua.- Las redes criminales ahora tienen en la mira a mujeres vulnerables y violentadas, provenientes de otros estados del país o de naciones centroamericanas. El aumento de la migración femenina y el auge del delito de trata de personas han recrudecido los asesinatos y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, urbe emblemática desde hace 20 años del flagelo imparable del feminicidio en México.
Lejos de decrecer, los homicidios por razones de género en la localidad fronteriza van al alza y ahora, según datos oficiales y la opinión de activistas, los feminicidas tienen como principales víctimas a mujeres migrantes –tanto de otros estados del país como provenientes de Centroamérica–, quienes son más vulnerables al no contar con redes familiares o sociales de apoyo.
La coordinadora de la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez, Imelda Marrufo, advierte que de los 60 cadáveres de mujeres localizados en el predio conocido como Arroyo del Navajo en Valle de Juárez, en 2012, 13 restos han sido identificados y se ha informado que la víctimas no eran originarias de Chihuahua, sino que llegaron a establecerse a la ciudad fronteriza.
“La relación entre migrantes y trata de personas en estos casos no es coincidencia, debido a que estas mujeres que provienen de otros estados o países y que viajan en condiciones de vulnerabilidad son el perfil que buscan estas bandas, ya que fácilmente pueden ser capturadas y no hay quien las reclame”, explica en entrevista.
Marrufo agrega que algunas de las víctimas contaban con reportes de desaparición desde hace cuatro años, lo que generó nuevamente alarma y la atención de los organismos de Derechos Humanos para saber qué sucedía en términos de políticas públicas y prevención contra el feminicidio, a dos décadas de la ola de violencia de género en Ciudad Juárez.
La activista observa un posible nexo entre los casos de Arroyo del Navajo con el delito de trata de personas, ya que familiares de las víctimas entregaron información en ese sentido a la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género, del estado de Chihuahua.
ASESINATOS EN INCREMENTO
Según el estudio “Comportamiento espacial y temporal de tres casos paradigmáticos de violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua, México: el feminicidio, el homicidio y la desaparición forzada de niñas y mujeres (1993-2013)”, elaborado por el Colegio de la Frontera Norte (Colef), en esta entidad se registraron en ese periodo mil 441 asesinatos de mujeres y niñas.
Además la investigación detalla que mientras de 1993 a 2007 el promedio de asesinatos por año era de 33.4, éste aumentó a 187 por año de 2008 a 2012, lo que representa un incremento de 560 por ciento en el número de delitos registrados en décadas anteriores.
En 14 años, de 1993 a 2007, se registraron 501 homicidios de mujeres, pero de 2008 a abril de 2013, en sólo seis años, la cifra ascendió a 940 casos.
El mismo reporte del Colef menciona que a raíz de la militarización en Juárez entre 2008 y 2010, los asesinatos de mujeres y las desapariciones forzadas llegaron a cifras más elevadas que las registradas en décadas previas; no obstante –según el estudio– los casos no se consideraron crímenes de género y se clasificaron como “daños colaterales” de los enfrentamientos entre los cárteles de la droga y las fuerzas militares.
MUJERES MIGRANTES
Marrufo explica que a la urbe fronteriza han llegado mujeres provenientes principalmente de Oaxaca, Chiapas y Veracruz, quienes se emplean en las maquiladoras, como meseras en fondas o restaurantes, en el servicio de limpieza o “en lo que se pueda”.
Ellas llegan en “condiciones terribles”, ya que en sus trayectos vivieron “un cúmulo de vejaciones, jugándose la vida, siendo abusadas y violadas” por policías o por sus mismos compañeros de viaje.
Cristal, oaxaqueña de 28 años, cuenta a Cimacnoticias que llegó a Juárez junto con su familia hace 10 años. Ella vende dulces a los automovilistas que hacen largas filas para ingresar a Estados Unidos por el puente internacional conocido como Paso del Norte.
Comenta que eligió ese trabajo que le aporta en “un día bueno” hasta 60 pesos, en lugar de emplearse en la industria maquiladora porque prefiere su “autonomía”.
Esta mujer de origen mixteco platica que en Ciudad Juárez se casó y ahora tiene dos hijos de cinco y tres años, a quienes sostiene económicamente, aunque aclara que ella emigra constantemente a otras ciudades como Aguascalientes, Monterrey o Guadalajara, en aras de encontrar sustento y alimento para su familia.
Cimac Noticias
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