España.- El corredor de autos Michael Schumacher ha sufrido un traumatismo craneoencefálico (TCE) grave. Esto quiere decir que las posibilidades de muerte o secuelas graves tras el accidente son altas. Se define TCE grave dependiendo de la profundidad del coma en el que se encuentra el paciente inmediatamente después de sufrir el traumatismo. Según los datos de los que disponemos, el expiloto se encontraba en coma profundo.
Este estado de coma se produce por afectación del cerebro y significa que el traumatismo ha sido suficientemente violento como para que el cerebro deje de funcionar con normalidad.
Sabemos que fue intervenido de urgencia. La agencia Reuters informa de la presencia de un hematoma subdural, que es una acumulación de sangre entre las meninges y el cerebro y que requiere cirugía inmediata. Si bien es muy pronto para conocer el pronóstico de este tipo de lesiones, sí podemos afirmar que son muy graves, con cifras de mortalidad cercanas al 60-70 por 100, aunque detalles como la rapidez de la evacuación quirúrgica, la edad y el estado físico del heptacampeón del mundo son factores favorables a una mejor recuperación vital y funcional, con opciones de restablecimiento funcional en casos favorables hasta del 55 por 100.
La razón del mal pronóstico de estos hematomas subdurales agudos es que se asocian frecuentemente con lesiones cerebrales tipo contusiones o lesiones axonales difusas. Las contusiones son daños del tejido cerebral secundarios al golpe y su peligro radica en que provocan edema o «hinchazón» del tejido cerebral. Esto origina que la presión dentro del cráneo, que es una caja rígida, aumente, lo que impide que entre flujo sanguíneo suficiente. La falta de sangre ocasiona nuevas lesiones en el cerebro.
Este edema o hinchazón progresa durante las primeras 24-48 horas tras el traumatismo y es la causa de que el pronóstico sea variable: si la presión dentro del cráneo es controlable, el paciente tendrá mejores opciones de recuperación. Si se hace incontrolable, el pronóstico es peor, por lo que es pronto para saber qué va a ocurrir. Por este motivo a Schumacher se le mantiene en coma inducido: es la manera de hacer controlable la presión intracraneal y sus consantes vitales. La precaución sobre qué deparará el futuro es esencial, ya que a veces aparecen nuevas contusiones en las horas siguientes que pueden ensombrecer la salud del paciente.
Por ello es importante esperar la evolución en los siguientes tres o cuatro días antes de saber no sólo el pronóstico funcional sino vital. Y recordar que si no hubiera llevado casco, posiblemente la muerte hubiera sido inmediata.
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