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Ciudad de México. Por John M. Ackerman.- Si la ciudadanía mexicana no hace sentir pronto su fuerza, fraudes como los de Oceanografía, Monex y la Línea 12 del Metro continuarán hasta la eternidad. En unos años más ya no tendremos un país para defender o derechos para reivindicar. La clase política ha demostrado con creces y de manera ­reiterada que no es digna de la confianza del pueblo mexicano. El único camino hacia un mejor futuro para las familias, lo/as jóvenes, lo/as trabajadores, lo/as indígenas y las mujeres mexicanas es a partir de un rompimiento histórico con la oligarquía corrupta y sus agentes políticos del PRIANRD.

El caso de Oceanografía transparenta el cinismo y la hipocresía del Partido Acción Nacional (PAN), que con la llegada de Vicente Fox a Los Pinos supuestamente expulsaría a todas las tepocatas y alimañas del poder. Resulta que los dos sexenios de supuesta transición democrática solamente consolidaron el poder de los mismos corruptos de siempre. La única novedad ha sido que ahora las fechorías se han expandido más allá del sector público para envolver de manera integral al sector privado.

El caso de Oceanografía desmiente de manera nítida la idea de que con la privatización del petróleo se limpiaría la corrupción en Pemex. Sin una estricta supervisión ciudadana, las empresas privadas y los bancos son iguales o más corruptos y abusivos que las instituciones gubernamentales.

Por otra parte, el caso de la Línea 12 del Metro constituye el tiro de gracia para el régimen supuestamente progresista del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que gobernaría la capital del país. La total ineptitud y muy probable desvío de recursos que han descarrilado este proyecto de desarrollo urbano no debería sorprender a nadie. Los pactos inconfesables de Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera con los intereses más oscuros no podrían llevar a nada positivo. En lugar de asumirse como representantes del digno y combativo pueblo de una de las ciudades más grandes y cosmopolitas del mundo, prefirieron utilizar su poder para apuntalar sus ambiciones personales y políticas.

El caso de la Línea 12 también ratifica en todas sus letras las sospechas sobre malos manejos financieros que inspiraron al movimiento #PosMeSalto en contra del aumento a la tarifa del Metro. Tienen toda la razón los valientes jóvenes que increparon a Mancera en El Colegio de México durante la presentación de su nuevo plan de supuesta seguridad la semana pasada (video aquí: http://ow.ly/uDLqf ).

Asimismo, el caso Monex confirma el fraude que se hace pasar por democracia electoral en nuestro país. El informe preliminar de la Comisión Monex de la Cámara de Diputados (disponible aquí: http://ow.ly/uDMuk ) ha revelado que los gastos no reportados por la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto ascenderían a un total de 4 mil 599 millones 947 mil 834 pesos, cuando el tope de campaña presidencial establecido por el IFE era de 336 millones 112 mil 84 pesos. Es decir, Peña Nieto literalmente compró la Presidencia de la República a cambio de vender el país.

La traición del Partido Revolucionario Ins­titucional (PRI) a Hipólito Mora y las autodefensas de Michoacán, entonces, no debería sorprender a nadie (véase: http://ow.ly/uDPt5 ). Un partido político capaz de traicionar a la nación entera regalando el patrimonio nacional a las empresas petroleras con la contrarreforma energética evidentemente también dará la espalda a sus aliados a la primera oportunidad. Desde estas mismas páginas señalamos hace unas semanas nuestra preocupación respecto de la cercanía de los líderes comunitarios de Michoacán con las autoridades gubernamentales (véase: http://ow.ly/uDMS9 ). Hoy, el encarcelamiento de Mora envía una clara señal de que quienes pactan con la clase política y la oligarquía serán desechados cuando ya no son de utilidad. La autogestión ciudadana es el único camino.

Una de las estampas más elocuentes de la impunidad pactada y la naturaleza traicionera del actual sistema político son los chantajes recientes de los líderes del PAN. Han condicionado su apoyo a las reformas a las leyes secundarias en materia energética al carpetazo del caso Oceanografía. En otras palabras, la eventual privatización se construiría encima de los cimientos cuarteados de la impunidad y con el fin de abrir aún más oportunidades para el saqueo a la nación.

La única forma de romper con este círculo vicioso de traiciones, pactos y fraudes constantes es que la ciudadanía se organice y salga a las calles una vez más en defensa de sus derechos y su patrimonio Este martes, 18 de marzo, 76 aniversario de la expropiación petrolera del presidente Lázaro Cárdenas del Río, no será una marcha más, sino una fiesta cívica callejera en favor de la patria donde los ciudadanos dignos tendremos la oportunidad de expresar nuestro repudio de manera contundente a los intereses del capital financiero que simplemente no conoce límites.
Agencias

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