Tampico, Tamps. Virginia Guadalupe Reséndiz Zúñiga, de 20 años, fue asesinada por su ex pareja –y padre de su hijo de cinco meses–, Diego Guadalupe Venegas, de 22 años, quien se presentó como pugilista ante la autoridad ministerial. Aunque hubo testigos, nadie quiso intervenir inicialmente. Cuando se decidieron a poner un alto a la golpiza, la joven ya no respiraba.
La colonia Morelos, donde vivía la mujer con su hijo, aledaña al río Pánuco, está clasificada por las fuerzas de seguridad como una de las más peligrosas y conflictivas de la ciudad, donde se funden pobreza y violencia.
La noche del Jueves Santo, cuando ya las familias habían cerrado puertas y ventanas, Diego Guadalupe llegó ebrio. Pasó toda la tarde bebiendo en un bar del centro y decidió ir a buscar a su ex pareja. La relación había terminado, pero como tenían un bebé, la joven le permitía acercarse a la casa para verlo.
Los vecinos conocían “el punch de El Bruce Venegas”, narró uno de los tíos de la mujer, al explicar por qué no intervinieron en la pelea, pues dicen que ya había noqueado a más de uno. Pero los gritos subían de tono y la ex pareja de Vicky estaba ebrio y totalmente fuera de control.
Al darse cuenta que estaba muerta, los vecinos fueron tras el pugilista; lo golpearon y lo detuvieron. Pero llegó la policía ministerial y se los quitó. Los vecinos deseaban hacer justicia por propia mano.
El Bruce Venegas amaneció este Viernes Santo ante la barandilla de la policía municipal. La sangre ya se secó en su rostro, apenas puede caminar y parece no poder o no querer hablar. Emite cuatro palabras y sale sangre de su boca. Dice no recordar nada. Ni siquiera que Virginia está muerta. Esa joven a la que conoció en el cyber de la colonia Morelos hace más de dos años.
Los feminicidios son frecuentes en la zona metropolitana de Tampico. El 16 de abril de 2013 un hombre degolló a su esposa y se ahorcó. En febrero pasado, dos días antes de San Valentín, un joven apuñaló a su ex novia. La mujer de 22 años sobrevivió al ser rescatada por un agente de tránsito.
Laura Castilleja Rodríguez, delegada en la entidad de la Asociación Mexicana de Alternativas en Sicología, sostuvo que realiza gestiones para que en la Ley de Salud Mental se integre un artículo específico que obligue a practicar exámenes sicológicos a las parejas que van a contraer matrimonio. "(Las causas de la violencia) muchas veces están desde el noviazgo, pero no se alcanzan a percibir porque están escondidas por el enamoramiento, a veces se confunden con parte del proceso del cortejo".
Apuntó que casi todas las empresas serias piden exámenes sicológicos, sicométricos y de varios tipos para ocupar puestos, "¿entonces por qué no solicitar un examen sicológico a la persona con la que se va a formar una empresa que se llama familia, donde se van a involucrar sentimientos y donde vas a procrear hijos?", se cuestionó.
"En mujeres y hombres pueden encontrarse trastornos de personalidad. Nadie está exento de las enfermedades mentales y de conflictos emocionales", concluyó.
La Jornada
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