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Chihuahua.- Autoridades de la comunidad de Choreachi, como el gobernador Macario Ramos, denunciaron esta mañana que están siendo afectados por la tala ilegal que se está registrando en sus bosques, por lo que acuden a Chihuahua para buscar quién pueda resolver la situación.

Para ello, señalaron que han entablado ya un litigio en el Tribunal Agrario, en el que piden el respeto y el reconociomiento a su comunidad y sobre todo al bosque de Choreachi en Guadalupe y Calvo; y que los culpables sean castigados.

Dijeron no saber por qué personas que viven en las comunidades de Cumbres del Durazno y Coloradas de los Chávez, han entrado a sus tierras, han robado y están acabando con los bosques simplemente por una cuestión mercantil.

El primer gobernador Macario Ramos, el segundo gobernador Cruz Ramos, el representante Cayetano Bustillos, Pedro Lareco y Prudencio Ramos, dijeron en su idioma rarámuri, que sólo piden que se detengan los trabajos forestales que están afectando sus bosques.

Destacaron que ni siquiera son personas lejanas a ellos sino son personas cercanas, que entraron sin permiso, han invadido y han robado, y que incluso han sido objeto de asesinatos “por qué nos hacen eso, si nosotros sólo estamos defendiendo lo nuestro, no tienen por qué hacernos nada, porque ahí nacimos, ahí nacieron mis padres y abuelos, y ahí hemos vivido siempre”.

“Vivimos como rarámuris que somos, seguimos nuestras costumbres, seguimos viviendo como nos enseñaron nuestros padres y abuelos; y lo que buscamos es que se pare la tala del bosque, que no se sigan dando más permisos y que nos reconozcan como las personas que estamos cuidando ese bosque al que nos encargaron cuidar nuestros antepasados”, agregaron.

El joven gobernador Macario Ramos señaló que ya han denunciado el problema ante la Procuraduría General de la República y ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, “hemos llevado nuestras demandas porque seguimos sin entender por qué lo hacen, y la falta de papeles y de reconocimiento a demandar a los forestales para que les sean negados los permisos para que sigan talando, como lo han hecho con un bosque de más de 15 mil hectáreas que hemos defendido por años, y abriendo una brecha de seis por cuatro kilómetros con maquina oruga, sólo para la explotación comercial”.

Por su parte, Cayetano Bustillos dijo que “hemos venido desde allá no sólo esta vez sino que hemos dado muchas vueltas. No nos responden, pero seguimos insistiendo, trayendo papeles que nos han pedido, queremos que la Profepa reconozca quiénes son los que se han llevado todos los árboles y les dé castigo”.

Prudencio Ramos dijo que “andamos buscando una justicia rápida para que se pare la tala y se castigue a quienes han robado. Vivimos tranquilos no le hacemos daño a nadie, pero desde que empezaron esos trabajos andamos corriendo de aquí para allá, y nuestros antepasados no están a gusto con lo que está pasando en nuestras tierras porque no sólo es el bosque sino que están acabando con nuestras plantas y nuestra agua”.

Y es que, lamentaron, “las personas que están entrando a nuestro territorio nos dicen que el legado de nuestros antepasados no sirve y que por eso se están llevando nuestros pinos, meten sus máquinas para abrir caminos sin respetar nuestra tierra ni nuestra cultura”.


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