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Ciudad de México.- Cuando se cumplen cuatro semanas de la misteriosa desaparición del avión de Malaysia Airlines, el barco chino Haixun 01 que participa en las tareas de búsqueda en el océano Índico recogió una señal que podría estar relacionada con las cajas negras del avión en el que viajaban 239 personas desde Kuala Lumpur con rumbo a Beijing.

La presión va en aumento, ya que está a punto de terminarse el mes de batería que tienen los transmisores de las cajas negras, pues la desaparición del vuelo MH370 se produjo el 8 de marzo, por lo que la radio baliza dejaría de transmitir señales bajo el agua y la búsqueda se complicaría aún más.

Según el periódico oficial del Partido Comunista de China, Diario del Pueblo, la frecuencia detectada en la tarde del sábado coincide con la muestra de señal de la caja negra que había enviado el fabricante del avión, la estadounidense Boeing, pero ahora queda hacer la pertinente comprobación.

La citada señal se sitúa a unos 25 grados latitud sur y a unos 101 grados longitud este, en el sur del océano Indico, es decir, en el perímetro de los 1.700 kilómetros al noroeste de la ciudad australiana de Perth, sobre el que los investigadores creen que cayó el avión, y en el que buscan sin obtener resultados durante las últimas semanas 10 aviones militares, tres aeronaves civiles y 11 barcos.

La agencia oficial china Xinhua no sólo habló de la señal de las cajas negras, para las que actualmente se usa una frecuencia estándar internacional de 37,5 kilohercios (kHz) por segundo, sino que también explicó que un avión de la fuerza aérea china divisó varios objetos blancos flotando en el área de búsqueda. Esta no es la primera vez que se habla de objetos que luego resultan no ser del vuelo desaparecido, en concreto, Vietnam, Australia o la propia China hicieron anuncios fallidos con anterioridad.

Malasia es la encargada de liderar unas tareas de búsqueda en las que participan equipos de 26 países. “Si no hemos hallado nada en seis semanas, continuaremos buscando porque hay muchas cosas en el avión que flotarán ”, dijo el jefe de la agencia australiana que coordina la operación, Angus Houston.

“Creo que algo encontraremos que nos ayudará a reducir la zona de búsqueda”.

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La que ya se puede considerar como la desaparición más misteriosa de la historia de la aviación bajo los mejores avances tecnológicos, tuvo lugar a los 40 minutos después de despegar dejando muchas preguntas en el aire y pocas respuestas sobre la mesa.

La investigación se centra en analizar el comportamiento de los pilotos y la tripulación, pero no descarta ninguna posibilidad, como podría ser un secuestro, sabotaje, altercado, incendio o que el aparato hubiese tenido problemas técnicos.

En el avión, la mayoría de los pasajeros eran chinos, 153, además de 50 malasios, siete indonesios, seis australianos, cinco indios, cuatro franceses, tres estadounidenses, dos neozelandeses, dos ucranianos, dos canadienses, un ruso, un holandés, un taiwanés y dos iraníes que utilizaron los pasaportes robados de un italiano y un austríaco.

Mientras la esperanza de muchos familiares de los pasajeros de encontrarlos con vida se desvaneció el pasado 25 de marzo, cuando las autoridades malasias descartaron encontrar sobrevivientes, haciendo un llamamiento a aceptar la dolorosa realidad de la pérdida del vuelo MH370, muchos se atan sin tapujos a la más mínima posibilidad, aunque sea del uno por ciento, en una jornada, la del sábado 5 de abril, en la que se celebra en China la Fiesta del Qingming, o Día de los Muertos.

Los familiares de los pasajeros chinos se han reunido a diario en las dependencias del hotel Lido, en el noroeste de la capital china. Un complejo en el que se han vivido escenas desgarradoras a las puertas de la sala donde mantienen reuniones con las autoridades de la aerolínea y donde 100 de ellos se hospedan, mientras que el resto lo hace en otros cuatro hoteles.

Solo un reducido grupo prefirió volar a Kuala Lumpur en busca de respuestas que no están encontrando. “Sólo nos están diciendo que esperemos información”, dijo una de las familiares. “¿Por qué no nos dan una explicación? Es mi hijo. Pasaron días. He estado aquí quince días y cada vez que hacemos una pregunta, no obtenemos respuestas”. La desesperación tras el paso de los días llevó a los familiares a protagonizar una poco frecuente manifestación frente a la Embajada de Malasia en Beijing. En ella lanzaron botellas de agua contra el edificio, vestían camisetas con el lema “Recemos por el MH370” y exigían que se les dijese la verdad.
El Clarín

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