Chihuahua.- Cada año la cinta cumbre de James Cameron recuerda aquella noche del 14 de abril de 1912, poco antes de la medianoche, cuando ninguno de sus más de dos mil 200 pasajeros hubiera podido imaginar que para más de mil 500 la vida acabaría en medio del mar, luego del choque del transatlántico considerado como "insumergible" contra un iceberg.
Unas tres horas después, el entonces mayor barco del mundo se hundió en las profundidades heladas del mar, convirtiéndose en la tumba de alrededor de mil 500 personas. Ningún superviviente está vivo hoy día. Sin embargo, el naufragio permanece en el inconsciente colectivo. No hay quien no haya imaginado alguna vez cómo deben haber sido esas horas: en primera clase, la vajilla comenzó a caerse de las mesas; la orquesta siguió tocando hasta el final y en las cubiertas bajas, quienes habían comprado los pasajes más baratos murieron primero.
A pesar de todas las catástrofes con embarcaciones ocurridas en los últimos 100 años, ninguna fascina tanto como el hundimiento del Titanic en su viaje inaugural. Gracias a innumerables películas, libros, fotos y exposiciones, uno puede recurrir a imágenes grabadas en la mente cuando alguien menciona al barco. Algunas son correctas, otras forman parte de leyendas que se fueron tomando por verdaderas a base de repetirlas en las últimas décadas. Leyendas a las que no sólo ha contribuido Hollywood. Apenas se difundió en enero la noticia del accidente del crucero Costa Concordia frente a la costa de Italia, comenzaron a escucharse comparaciones con el Titanic. Estos días, en el centenario del hundimiento, el recuerdo del buque insignia de la compañía White Star Line será avivado nuevamente: en Belfast, donde fue construido el barco, acaba de inaugurarse un nuevo museo y centro de negocios que costó cifras millonarias. Y éxito de taquilla de James Cameron Titanic (1997), protagonizado por Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, ha regresado a los cines en formato 3D.
Mientras, el negocio con reliquias del Titanic está en auge. Regularmente se obtienen precios récord por un pedazo auténtico de historia del transatlántico: en 2008, un comprador anónimo pagó en Londres unos 42.000 euros (unos 55.000 dólares) por un ticket para el viaje inaugural. Y en 2010 fueron pagados en una subasta en el sur de Inglaterra más de 62.000 euros por una carta redactada en el lujoso barco de vapor. Este mes se subastarán en la casa Guernsey's, en Nueva York, más de 5.000 objetos del barco, entre ellos pequeños frascos de perfume, un recipiente para crema de afeitar y joyas de los pasajeros, además de partes de la embarcación. Se estima que el valor de estos artículos es de unos 150 millones de euros (197 millones de dólares). Ya a finales de marzo se subastó en Reino Unido un menú del último almuerzo en el Titanic, por un precio récord de 76 mil libras (unos 122.000 dólares/91.000 euros).
Pero ¿de dónde viene esa fascinación que ejerce el Titanic? "Hay muchos motivos", explica John Wilson Foster, profesor emérito de Belfast y autor de varios libros sobre la legendaria embarcación. "A fin de cuentas, fue el hundimiento del entonces mayor crucero del mundo y hubo 1.500 muertos", dice. A bordo del barco de vapor viajaban más de 2.200 personas. También es clave que la lista de pasajeros fuera tan variada. "Esto llevó a que el barco sea visto como microcosmos de la sociedad europea y estadounidense de esa época", afirma. En primera clase viajaban algunos de los hombres más ricos del mundo. "El barco ofrecía un simbolismo que los comentaristas y artistas no tuvieron más que retomar. La lista de pasajeros también era muy variada culturalmente, había escritores, pintores, modistos y actores a bordo. El elenco de esta tragedia, que en parte se convirtió en melodrama, nunca fue mejor en la historia de las catástrofes navieras", añade.
En los últimos años, la historia ha sido reescrita una y otra vez. La primera oleada fue inmediatamente en 1912. En apenas unas semanas se habían escrito ya varias libros y filmado numerosas películas sobre la tragedia. En los años 50 se produjo la segunda oleada, alimentada por la película de Hollywood A Night To Remember. "Hacia los 80, la historia se congeló un poco", dice Foster. Hasta que el descubrimiento de los restos del naufragio en 1985 y la película de Cameron en 1997 lograron globalizar el interés por el Titanic. "Se podría condensar el significado del barco y de su naufragio para cada generación u oleada de interés", opina el experto. El Titanic es un fenómeno de la literatura popular, que no hizo más que alimentar el interés en el fenómeno. "Y hay que reconocer que el barco y los hechos alrededor de él fueron extraordinariamente espectaculares".
Con información de Agencias
Hola, déjenos un comentario