Ciudad de México.- Debido al cambio climático que se experimenta en todo el planeta, las lluvias en México habrán de disminuir hasta 30% durante este siglo y, según las previsiones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) planteadas en el Plan Nacional Hídrico 2014-2018, los primeros efectos de esta transición climática comenzarán a sentirse en los próximos 16 años.
“Entre el 2013 y el 2030 –señala el documento, aprobado por el presidente Enrique Peña Nieto y publicado la semana pasada en el Diario Oficial de la Federación–, las variaciones de temperatura y precipitación en el territorio mexicano se intensificarán”, generando como consecuencia que, “para finales de este siglo, en los estados del noroeste la precipitación (pluvial) tenderá a disminuir hasta en 30% en temporada invernal, mientras que los estados del sureste tendrán un decremento similar en el verano”.
En los próximos 16 años, además, la disponibilidad de agua en los ríos del país se verá disminuida hasta en 7%, situación que, para 2030, se sentirá principalmente en los estados de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Chiapas, el sur de Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Nayarit y Sinaloa.
Asimismo, el volumen de agua de los ríos disminuirá entre 4% y 5% en Oaxaca, Puebla, Morelos, Tlaxcala, Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí y el norte de Veracruz, mientras que en el resto del país el descenso en el caudal de los ríos será de 1% a 3.9%.
Y mientras la disponibilidad de agua disminuirá progresivamente, durante los próximos 20 años las autoridades federales prevén que la demanda del liquido en el país aumente hasta en 16%, “debido al incremento en las actividades productivas y el crecimiento de la población”.
Sin embargo, la Semarnat estimó que en 20 años el país sólo podrá disponer de 75% del caudal demandado, “lo que significa que la brecha estimada entre oferta y demanda será de 23 mil millones de metros cúbicos de agua”.
El Plan Nacional Hídrico 2014-2018, que traza líneas generales para una política de Estado que atienda los riesgos futuros que generará la disminución del agua en México, reconoce que, “en los últimos años (el país) ha enfrentado una problemática sin precedente en términos de seguridad hídrica, que ha generado un alto costo social y humano que atenta contra la paz de los ciudadanos”.
La disminución en el agua disponible, abunda, generada por la sobreexplotación, la sobreconcesión y la contaminación, ha provocado “diversos conflictos en algunas cuencas del país”, a causa de los cuales “la estabilidad social, económica y política de México se ha visto comprometida”.
De hecho, señala el Plan Nacional Hídrico, en la actualidad, de las 731 cuencas hidrológicas del país, 20% está contaminado y otro 14.5% son acuíferos sobrexplotados. Además, 41% de las aguas industriales se vierte en los ríos sin haber sido tratadas, lo mismo que 52.5% de las aguas negras colectadas a través del sistema de alcantarillado.
Las soluciones
Para enfrentar esta problemática, el Plan Nacional Hídrico se plantea objetivos generales que deberán seguir todas las dependencias de gobierno, entre las que se encuentran:
*Promover la gobernanza y gobernabilidad del agua.
*Garantizar la seguridad hídrica ante los efectos de fenómenos hidroclimatológicos extremos que atentan contra la vida humana.
*Garantizar el ejercicio efectivo de los derechos sociales en torno al agua para toda la población.
*Desarrollar potencial humano en el sector hídrico.
*Impulsar un “crecimiento verde incluyente y facilitador que preserve nuestro patrimonio natural, al mismo tiempo que genere riqueza”.
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