Ciudad de México.- Impresión, fotografía, serigrafía, collage e instalación integran la muestra de poco más de 500 obras "América Latina 1960-2013", que concluye hoy su exhibición en París, Francia, bajo los auspicios de la Fundación Cartier para el Arte Contemporáneo.
La muestra, montada en coproducción con el Instituto de Estudios de América Latina (IHEAL) y el Museo Amparo de Puebla, podrá volver a apreciarse ahora en dicho recinto poblando, donde será exhibida del 15 de mayo al 17 de septiembre de este 2014.
Construida a partir de cuatro aspectos fundamentales: Territorios; Ciudades; Anunciar-denunciar; Memoria e Identidad, la muestra busca, a partir del trabajo de diversos artistas, armar un discurso que acerque a la complejidad del ser latinoamericano.
De acuerdo con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), entre otras interrogantes, la exhibición busca responder a ¿Qué significa ser latinoamericano?.
También, ¿con base en qué se ha fortalecido una identidad común en el seno de un territorio marcado por una historia de inestabilidad y conflictos; y cómo se ha logrado conciliar las culturas indígenas, la herencia prehispánica, el legado africano, la influencia europea y la cultura popular, sin perder la memoria y la pertenencia a un territorio con una historia propia?
La muestra reúne la obra de 72 artistas, 11 de ellos mexicanos y los restantes de 10 países más, donde cada artista revisa la cuestión de la identidad y analiza la manera en que sus países afirman su pertenencia.
La "ciudad latinoamericana" se transforma en un espacio simbólico que cada artista desmenuza para explicar las paradojas que la modernización del paisaje urbano trajo a las ciudades latinoamericanas
La violencia, la pobreza, la gente de la calle, las cárceles, los vendedores ambulantes --síntoma del consumismo imparable--, el crecimiento desmesurado dentro de un espacio caótico --resultado de la violenta transformación que sufrió el continente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX--, a la vez que se explora el pasado colonial en contraste con el presente neoliberal.
Letreros, anuncios, comerciales, pósters y graffitis para mostrar al espectador cómo la palabra escrita está omnipresente en toda la ciudad, pues los muros son lugares de expresión que atestiguan las convulsiones políticas que entre los años 1960-1970 sacudieron al continente con movimientos revolucionarios caracterizados por un lucha armada de guerrillas.
El surgimiento de la represión y la instauración de dictaduras como la que sufrió Chile en 1973 y Argentina en 1976, abre una era de terror que impregna al continente con una violencia desmesurada.
A partir de los 80, recuerda, comienza a respirarse una cierta democratización del territorio, pero la pobreza, el desequilibrio social, el analfabetismo, la discriminación a las minorías de las culturas originarias en países como México o Guatemala, y la delincuencia organizada, perduran en toda la región.
Llamó poderosamente la atención obras como To be continued (Latin American Puzzle) de la brasileña Regina Silveira llama mucho la atención porque representa al continente en un rompecabezas que, lejísimos de construir una imagen bonita, construye la imagen del caos a base de eventos y personajes muy propios de cada país.
Cada pieza, de cada imagen, de cada país es fundamental para unir a las demás piezas de un rompecabezas infinito que crece y crea nuestro continente.
El caos: ídolos, cultura popular, violencia, revoluciones, Frida, el Che, Pinochet, dictaduras, el mariachi, Cuba, narcotráfico, pobreza, socialismos, democracias, golpes de Estado, Thalía, Maradona, Bogotá, Buenos Aires y Caracas y todo nuestro cotidiano, que a los ojos de los visitantes resulta muy divertido de ver.
Agencias
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