Chihuahua.- Hace meses se dio a conocer que unos trabajadores que realizaban labores de conexión del agua potable en el pequeño tramo de la calle Libertad entre los edificios de la Casa Chihuahua (Palacio Federal) y el Palacio de Gobierno, localizaron unas osamentas humanas y de inmediato, como marca el protocolo, acudieron autoridades investigadoras de la Fiscalìa del orden forense.
Muchos bien intencionados han externado sus opiniones, algunos historiadores así como antropólogos y no llegan a un punto de acuerdo.
No es difícil adivinar que se trata del más antiguo cementerio de la capital del estado desde los tiempos del Real de Minas de San Francisco de Cuéllar. En esos años se construyó en ese sitio el Colegio de Jesuitas, sobresaliendo por su importancia la Capilla de Nuestra Señora de Loreto, cuyo frontispicio estaba exactamente donde se localizaron los restos óseos que definitivamente corresponden a los primeros habitantes de Chihuahua. Recordemos que en la Nueva España, el Rey otorgó a la Iglesia Católica, facultades amplias para regir sobre estos menesteres de administrar camposantos y demás áreas que hoy en el México moderno les ha sido vedado a los eclesiásticos.
Por todos los estudiosos de la historia es conocido que los únicos lugares autorizados para recibir inhumaciones en la época colonial eran los atrios de los templos e inclusive los difuntos de familias adineradas, eran sepultados al interior del propio recinto parroquial.
Nos encontramos pues amigos, ante los restos mortuorios de los pioneros de la conquista hispana y evangelización por la fe, del norte de todo el continente americano.
Siete meses después tengo ya algunos datos concretos. Efectivamente como lo dije con anterioridad, aquí funcionó el primer cementerio. La familia de don José de Orio y Zubiate tenía una cripta en este sitio y ahí fueron inhumados todos sus descendientes incluyendo el cinco de agosto de 1745 a su hija Nicolasa, dueña de la hacienda donde se encuentra la Capilla de Santa Rita y cuyos dominios alcanzaban hasta el Cerro Grande.
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