México, DF. Un "grupo grande" de ciudadanos centroamericanos detenidos en la estación migratoria de Tapachula, Chiapas, fue deportado anoche sin que el Instituto Nacional de Migración (INM) permitiera el acceso de los detenidos a la defensa que les ofrecía el Centro de Derechos Humanos (CDH) Fray Matías de Córdova, informó Diego Lorente.
"Por la opacidad del INM no sabemos a esta hora, nueve de la noche, ni siquiera el número exacto, mucho menos los nombres de los migrantes expulsados", indicó telefónicamente a este La Jornada.
Durante el día, los activistas del CDH intentaron acceder al centro de detención, saturado por las sucesivas redadas masivas de los días recientes. No se les permitió comunicarse con los detenidos ni se les informó sobre su situación legal. Delegados de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que sí tuvieron acceso no ofrecieron información. Fueron ellos quienes, de manera extraoficial, informaron a las oficinas del Fray Matías de la deportación de "un grupo grande".
Caminos taponados
En los albergues para migrantes en la zona de la frontera sur corre una mala noticia: los caminos que suelen transitar los indocumentados centroamericanos para llegar a la frontera norte se están cerrando. Sólo en el lapso de cinco días en la región ocurrieron tres redadas masivas, en las que participaron policías federales y estatales, agentes del INM y en algunos casos marinos.
Villahermosa, domingo 27, 100 detenidos. Emiliano Zapata, Tabasco, miércoles 30, 300. Jueves 1º de mayo, Palenque, Chiapas, 150. Hasta ahora, 550 arrestados en riesgo de ser deportados.
"Parece que el mensaje que nos está queriendo enviar el comisionado del INM, Ardelio Vargas, es: aquí nadie va a pasar", expresa el director del refugio hogar La 72 de Tenosique, Tabasco, fray Tomás González.
En el albergue que administran las religiosas de la congregación Hijas de la Caridad, en Palenque, la hermana Nelly Ríos Ruiz confirma telefónicamente: “Ya se corrió la voz de que a lo largo de las vías muchos se están quedando varados. Aquí, por ejemplo, anteayer (jueves) en la madrugada fueron los dos operativos que detuvieron a cerca de 150 centroamericanos en el parque Pakal Ná, que está cerca de las vías. Los muchachos estaban durmiendo en el kiosko cuando los rodearon marinos, agentes y policías”.
A pesar de eso, ayer mismo el albergue ya estaba nuevamente a su máxima capacidad de recién llegados: “Ahorita tenemos más de 200… y seguirán llegando. Esto es imparable”.
En el albergue "San Francisco de Asis" de Huixtla, Chiapas, explica el sacerdote que lo administra, Heyman Vázquez, que ahí los migrantes "ya vienen arrastrando muchos problemas". En el camino desde Ciudad Hidalgo, distante unos 80 kilómetros, padecen asaltos y extorsiones de delincuentes y de las propias autoridades. Hasta Huixtla llegan los rumores de que en Arriaga, donde comienza la otra vía que corre por el centro del país, también van a cerrar el paso. "Si hacen eso, lo único que van a lograr es que miles de pobres que vienen migrando queden más expuestos a la cacería".
En Tapachula, Lorente informó: "Promovimos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington y ante la CNDH una acción urgente para evitar la deportación. Hasta ahora una amplia red de organizaciones de la sociedad nos han secundado en este clamor. Pero el gobierno ignoró nuestro llamado", indicó Lorente.
Más retenes
Además de las redadas y las deportaciones, los indocumentados que llegan a los refugios "con los zapatos destrozados, ampollados, insolados y exhaustos" –según el testimonio de Nelly Ríos– informan que las veredas que suelen recorrer a pie, en ocasiones por dos o tres días para evadir los retenes, están desde hace días mucho más complicados, ya que las patrullas y "volantas" de policías y agentes migratorios han cercado muchos de estos pasos, particularmente en los caminos que utilizan entre el Naranjo y Tenosique; Frontera Corozal y Palenque y Ciudad Hidalgo hacia Tapachula y Huixtla.
Un tercer elemento de la pinza es el acuerdo al que al parecer han adoptado autoridades y empresas ferroviarias que operan los trenes en esa zona para evitar que los migrantes puedan abordarlos. Algunos puntos de abordaje, como la Chontalpa tabasqueña, pasando Macuspana, están "totalmente tomados por la Policía Federal", según testimonios que han llegado a Fray Tomás González. En otros puntos de abordaje los trenes intentan detenerse para realizar maniobras el menor tiempo posible; aceleran en los puentes y han llegado al extremo de desenganchar los vagones donde los migrantes alcanzan a subir.
Desde Tenosique, fray Tomás González, director del refugio-hogar del migrante, comenta que estos operativos para "taponar" la vía que históricamente utilizan los migrantes indocumentados por la vertiente del Golfo son una represalia por la denuncia pública que hicieron cientos de ellos durante la Semana Santa con el Viacrucis del Migrante, que incluso forzó a las autoridades federales a otorgarles un documento de salida, que legalizó temporalmente su estancia en México.
La Jornada
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