Ejido Ocampo, Chihuahua.- Lo que es el trabajo humano, y lo que es el hambre, que ésa sí es canija, y más el que la aguante.
De manera increíble, un solo hombre removió más de 500 toneladas de piedra del lecho del Alto río Sacramento y las colocó, de a pieza por vez, para construir un cerco de 800 metros de perímetro, con su pura fuerza.
El campo chihuahuense se encuentra cruzado en gran parte por estos cercos que, estrictamente hablando, son estructuras megalíticas por sus enormes dimensiones, y uno siempre se pregunta quién y cómo los hicieron, porque desde el camino, parecen construcciones perfectas. Dan la impresión de que en cada tramo hubiera intervenido toda una multitud.
Lucio Ramos, originario de La Cieneguita, por el rumbo de la Barranca La Sinforosa, del municipio de Guachochi, recibió 100 pesos diarios durante ocho meses por levantar este cerco gigantesco.
Su trabajo lo otorgó al propietario de Rancho Viejo, a medio camino entre el Ejido Ocampo y la Presa San Marcos, aquí en el municipio de Chihuahua.
El cerco de piedra fue hecho de 1.60 metros de alto con una base de metro y medio de ancho, aunque termina en un metro en la parte de arriba. Se calcula que en un metro lineal de este cerco, se utiliza una tonelada de material.
Los rancheros en general contratan como constructores de cercos a los indígenas rarámuris, muchas veces los llevan a vivir a los ranchos junto a sus mujeres y niños, y forman una unidad productiva muy redituable para los patrones, porque mientras que el hombre trabaja en el campo, no se debe preocupar por la comida y el aseo de la choza en que viven, ya que la mujer realizará este trabajo sin remuneración alguna.
En este momento, Lucio Ramos, quien no es indígena, sino mestizo, se encuentra dando mantenimiento, es decir, reparando los lugares de esta cerca que necesitan la colocación de nuevas piedras.
- ¿Es difícil hacer los cercos?
- No es muy fácil, pero si te lo propones, puedes avanzar unos quince metros por día.
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