Por Carlos Flores Guillén.- Amigos, compañeros, hermanos. Me siento muy enojado, esta noche fue encontrada muerta esta chica de nombre Yesenia Quiroz Alfaro, desnuda, amarrada, con signos de tortura y tiro de gracia.
Fue encontrada en su departamento de la colonia Narvarte, estudiaba algo, tenía aspiraciones y tal vez ideales, un mundo por delante, pero anoche, junto con otras cuatro personas, fue ultimada.
Le llaman multihomicidio, pero yo le llamo asesinato, tal vez por que existió algún vínculo entre ella y el periodista Rubén Espinosa, tal vez ella ni le conocía y sólo él visitó su casa por invitación de otra persona, tal vez lo conoció en la calle y aceptó hablar con él, se sintió en confianza terminando por invitarle un café en la sala de su departamento en la Colonia Narvarte, pero como ella no era fotoperiodista ni trabajaba en Proceso, nadie habla de la pérdida que su familia acaba de sufrir.
Mucho podemos lamentar una muerte, pero aquí fueron cinco y sólo a Ruben Espinosa le hacen homenaje por ser autoexiliado del Gobierno Veracruzano. Dirán que es una más del PRI, pero de Yesenia y de las otras tres chicas ¿Que dirán? ¿Se hablará de que cuatro jóvenes héroes defendieron con celo al fotoperiodista hasta el último aliento para defender la libertad de prensa y de expresión? ¿Se dirá que ellos también fueron caudillos?
El periódico, el radio, la televisión sólo hablan de Rubén Espinosa pero con él, por el motivo que haya sido, también murieron cuatro jóvenes con futuro y tal vez ellos si podían ser la esperanza de México.
Tal vez sólo estuvo en el lugar y momento menos indicado y no tenía ningún vínculo con el periodista.
Estoy muy enojado porque al final, ellas no eran famosas y no trabajaban en la luz contra el gobierno, pero al ser jóvenes, ellas pudieron ser mucho más que una cámara y palabras tan inútiles o necesarias como las que escribo ahora.
Descansa en paz Yesenia Quiroz Alfaro.
(Foto y texto tomados de Facebook)
(Foto y texto tomados de Facebook)