Por Mary León.- ¿Se acuerda usted de esa canción de la infancia que era también un juego popular? Decía más o menos así: “Veo, veo, ¿Qué ves?, una cosita, ¿Y qué cosita es?” y seguía el juego diciendo una letra para que los demás participantes dijeran palabras que empezaban con esa letra.
Algo parecido sucede en el ambiente político, si decimos, veo, veo y luego la pregunta ¿Qué ves? Podremos irnos al plano tricolor y contestar “Una cosita” y qué cosita es: pues empieza con la “ J” qué será, qué será que será? Un Juego, un macabro juego al interior del PRI, en el que pretenden que los chihuahuenses nos traguemos el cuento de que hay apertura y democracia, nos quieren vender la idea de un partido en el que toda aquella persona que lo desee, puede pretender una candidatura y jugar el juego de la democracia interna o acaso a usted, ¿le parece muy normal que en un partido como ese en el que el dedazo ha sido la constante, de pronto veamos a nueve suspirantes pretendiendo participar en una contienda interna?, lo que hace saltar varias dudas.
Comencemos con la primera. ¿En qué momento y a honras de qué, perdió el partido el control de la disciplina tan cacareada que le da unidad y le permite arrasar en las elecciones?
Otra. ¿Será acaso que se cansaron de lavar la ropa sucia en casa y ahora los grupos, disidentes de esa disciplina partidista, quieren sacar a relucir sus broncas internas para demostrar quién tiene más poder?
Hay otra posibilidad que me parece más razonable y creíble, se trata de un juego macabro orquestado para simular la democracia, dejar ver a sus oponentes cierta debilidad, escisiones que pudieran confundir a los contrincantes (si es que los tiene, pues no se ve que alguno pueda darles guerra real) y que al final, en los laberintos partidistas, terminen apoyando a quien reciba la venia bendita y los demás, se queden con su premio de consolación, que seguramente, será muy jugoso.
Graciela Ortiz, terminaría su periodo como senadora de no resultar electa. Héctor Murguía, se regresa a la Conago en su humilde papel de coordinador del gober en dicha organización. Lilia Merodio también en su calidad de senadora sin iniciativas, a pasar el rato sin pena ni gloria. Enrique Serrano, uno de los gallitos de pelea con navaja menos filosa, volvería a tomar la alcaldía de Juárez y sus jugosas ganancias.
Javier Garfio, que como alcalde no logró levantar simpatías entre la gente, menos da para un papel de gobernador, dijo que no vuelve al Ayuntamiento, tal vez se regrese a su rancho a seguir viviendo en el campo que tanto le gusta, a ver si se mete al abrevadero y se convierte en pez, su aspiración desde niño, según dijo en alguna ocasión. A menos que el PRI quiera que pase lo que sucedió hace ya algunos años, cuando puso como candidato a Jesús Macías, con una campaña tan gris, que los hizo perder la gubernatura.
De Marco Quezada me parece mejor ni hablar, ¿Acaso cree que el PRI, se arriesgaría a elegir por candidato a un sujeto con tanta cola que le pisen? Si no respondió a los afectados del aeroshow, ¿Cómo esperamos que responda si llega a gobernador?
En cuanto a Marcelo González Tachiquín, quién sabe qué pase, porque primero muy activo, dando su número de cel y contestando mensajes por whats y visibilizándose por todos los medios habidos y por haber y de pronto se lo tragó la tierra, tal vez no le han dado la bendición papal.
Hay otros dos, de cuyo nombre prefiero ni acordarme, uno que se dice fiscal, pero justifica la violencia minimizando cada hecho, y reconoce que hay grupos del narco en Chihuahua, pero nomás los ve pasar porque ahí sí no se puede hacer nada; y otro, que salió como ave Fénix de las cenizas a asomar el pescuezo y querer levantar otra vez las alas.
Total que de todos los “buenos cuadros” que tiene el tricolor, ni a cual irle, ya veremos cuál termina en las boletas electorales. Lo que sí está raro, es que sean tantos, eso nunca se había visto, y eso que vino el papá para aplicar el "tatequieto" a sus hijitos, aun así, siguen de inquietos, estaremos en estos días entre licencias y bombardeo de reuniones con unos y otros, por ejemplo este día que visitarán a los empresarios de Canaco, que no se quedan atrás y quieren adelantar vísperas, ver a dónde se inclina la balanza tricolor, para saber a quién apoyan, no vaya a ser que sus proyectos se queden truncados si le van al gallo equivocado.