Con profundo pesar ve uno como Radio Universidad fue secuestrada por la ambición y en un acto inaudito entregada como posesión a quien la comercializa y la trata como si fuera de su propiedad con fines meramente de lucro político y económico, ya dejó de ser un espacio universitario para pasar a manos de un comerciante mediático, ya incluso ni sus cabinas se encuentran dentro del campus universitario, ya está dentro de las oficinas de un tabloide de escasa circulación local, el colmo sería toparse con la noticia de que hasta renta le cobren a la universidad por el espacio indigno que le den a la cabina de RU en esa empresa particular.
Ojo, no señalamos de indigno al medio o las oficinas del medio, no, pero entendemos como muchos otros que es indigno para la Universidad que RU, pase a ser propiedad de un particular y ver que la escamotea sin respeto alguno.
Radio Universidad tiene sus propias instalaciones, mismas que la máxima casa de estudios de Chihuahua preparó para ese fin ex profeso.
Radio Universidad en sus inicios fue pensada como la construcción de un espacio radiofónico cultural que diera voz a la Universidad y a todas sus escuelas, a la cultura y al arte, cuando se creó su espacio informativo todo mundo respetamos el esfuerzo pues lo entendimos como una forma de que la Universidad colaborara con la sociedad.
Distintas voces han pasado por esos micrófonos, unos de un sesgo, otros de otro, pero todos respetables por el simple hecho de que todas las voces caben dentro de la Universidad, ese es el espíritu que debe de privar y que todos debemos de respetar, pero ahora cuando esos espacios noticiosos son utilizados sólo para hacer negocio, para proteger intereses fuera de la UACH, es de plano un secuestro y lo que es peor, un secuestro consentido por el propio rector.
Que Antonio Payán Gómez se robe a Radio Universidad, para promocionar el tabloide que él dice es de su propiedad, para además enlazarla a una estación comercial, es simple y llanamente prostituir a Radio Universidad y por ende a la UACH completa, ese es un acto impropio, es utilizar recursos de la Universidad a su beneficio y de su periódico, es algo que no se debe de permitir porque está mal, así de simple, así de sencillo.
Lo mismo pensaríamos si la cabina de Radio Universidad, si los noticieros de la UACH se ponen a servicio del Diario de Chihuahua, de El Heraldo, de cualquier otra estación comercial o de un periódico digital.
Entendemos a la perfección que Toño Payán durante mucho tiempo fue el conductor y director de noticieros de Radio Universidad y que aunque algunos no les guste su estilo de conducir y a otros sí, realizaba su trabajo dentro del margen de la ley, pero hoy, vale la pena preguntarse ¿fusionar a Radio Universidad con su tabloide y su página en internet y con su programa de radio que tiene en una empresa local, es válido?
Porque la segunda pregunta que nace de esa fusión, es ¿entonces de quién son empleados los amigos que trabajan en Radio Universidad, de Toño Payán y sus empresas o son empleados de la Universidad? Y por ultimo preguntaríamos ¿y quién paga sus sueldos?, porque resulta ser que los propios compañeros señalaban que no hace mucho, en la pasada etapa en la que Toño estaba al frente de Radio Universidad, todos los reporteros tenían la obligación de además de llevar la información para la estación de la UACH, debían de “cumplir con la obligación” de llevar notas a la página de Payán.
Alguien explicaba que la situación de esa “alianza”, nosotros lo calificamos de “secuestro”, no es ilegal ya que podrían existir los atenuantes en la forma en la que se hubiera establecido el “convenio” de colaboración, quizá estén en lo cierto, pero bien podemos estar ante un hecho válido, pero ilícito o cuando menos demasiado turbio en sus formas. Por lo pronto el señalamiento es directo, porque eso parece, Radio Universidad está secuestrada y muchas voces se callaron. Se invocó el “perro no come perro”, frase dañina hasta la médula y que hoy con lo que ocurre en la Universidad, queda demostrado plenamente.
La Jiribilla
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