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Chihuahua.- Ya casi para concluir con su periodo, los diputados del Congreso del Estado dieron una vez más cátedra de cómo se cabildean los asuntos importantes del estado, con discursos vanos, posturas hipócritas, descaro triunfalista y consignas al por mayor.

Y si en esa trama llamada bursatilización, una deuda que dicen no lo es, el Poder Legislativo fuera una representación teatral, todos habrían cumplido con su papel, algunos habrían obtenido o las rechiflas o los aplausos, algunos, se presume, no volverán a tener llamado, como ya les sentenciaron en las redes sociales al exhibirlos como los “traidores de Chihuahua”, "vende patrias" y otras frases más, dignas de marquesina.

Ahí estuvo el diputado Eloy García, ausente, como de los temas fundamentales que le corresponden, como del tema del Aeroshow que, quiera o no, heredó de su paso por la Secretaría del Ayuntamiento con Marco Quezada, y al que no le puso el mismo ímpetu como cuando, estando en funciones, se convirtió en el más férreo promotor de la campaña de Lucía Chavira a la Alcaldía. 

En su papel, también ausente, lució la diputada panista Daniela Álvarez, quien de viaje por Guadalajara, no pudo encontrar en ninguna aerolínea un viaje de regreso a Chihuahua para estar presente en una sesión, en la que era fundamental sumar votos y no pretextos, y así le fue en las redes sociales, donde más de muchos se le fueron a la yugular por su ausencia.

Y en este circo donde la oposición juega su papel, los oficialistas el suyo y nadie pierde, los diputados amarillos, del PRD, también actuaron a su modo, pidiendo la comparecencia del secretario de Hacienda para que diga a dónde se irán los recursos, pero explicando que la situación del estado es tan grave que no hay más salida que votar a favor. 

Pero quien se llevaría el premio a la actuación más incongruente sería sin duda, el diputado de Movimiento Ciudadano Fernando Reyes, más priista que su esposa priista y cuyo partido se ha cansado de señalar, sobre todo en campaña, las fallas de un gobierno priista y la seguridad de que, encabritados, ellos representan una mejor opción de gobierno.

La mejor escena, señoras y señores, estuvo en primera fila, del lado "izquierdista" cuando una airada América Aguilar le recriminó a su compañero de bancada Hugo Avitia, el haber votado a favor, "yo me coordino solo", diría él después como tomando distancia del clan familiar.

Lo que más llama la atención es el show que se monta cada vez que un tema así requiere un periodo extraordinario, cuando como en este caso, los diputados saben que no hay otra elección cuando el gobernador ha enviado la iniciativa, y es que si se revisa el documento, el estado financiero, y lo que falta de cubrir, cualquiera sabe que no había de otra, la bursatilización iba porque iba, pero había que ponerle dramatismo a la aprobación, aunque como lo dijo el diputado Rogelio Loya “ya sé que lo van a aprobar”, la mayoría es un látigo que impone su castigo, a favor o en contra.

Por eso, las diputadas América Aguilar y Teporaca Romero, petista y priista, se prestaron a la comedia y votaron en contra del nuevo endeudamiento, porque sabían que en nada aportaban sumar dos votos más a los seis del PAN, porque de todos modos, faltara quien faltara, era algo que iba a aprobarse, y contra lo que el gobernador electo nada podía hacer tampoco, aun cuando fuera, como dijo, para pagar despilfarros.

Así es el show de la política, cuando a los actores que trabajan de representantes del pueblo se suben al escenario al chasquido de quien paga la obra y nada importan repudios, manifestaciones o el futuro, cuando, ya sin fuero, quizá les toque viajar por las carreteras del estado y pagar su cuota de peaje, y quizá se rían recordando la larga sesión en que aprobaron comprometer por 25 años esos recursos, o les caiga el veinte entonces, al recordar al actor principal tricolor Rodrigo de la Rosa, decir que la bursatilización no es deuda ni la pagarán los chihuahuenses.

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