Chihuahua.- Con una sola frase, incluso hasta cómica, un diputado resumió no sólo la sesión de hoy, sino toda la legislatura que concluirá en octubre y que este miércoles, aprobó un adeudamiento que bajo el nombre de bursatilización, se insistió, no es deuda.
“Ya, ya sé que lo van a aprobar”, dijo el diputado panista Rogelio Loya, el mismo que previno que desde la noche previa se colocaron vallas alrededor del Congreso del Estado para evitar expresiones de la gente, el mismo que llamó a la manifestación del 22 de junio en Palacio de Gobierno, el mismo que sabía que por más que dijeran en tribuna él y sus compañeros de bancada, la mayoría aprobaría tarde o temprano, el bursatilizar los remanentes carreteros.
Esa mayoría, a la que el diputado César Jauregui casi cantó una canción al decir que es “ciega, sorda, muda” e incluso “una hija de la consigna”, la misma que aprobó todas las solicitudes de deuda para el gobernador actual, y que ahora intentaba convencer, en voz del diputado priista Rodrigo de la Rosa, de que la aprobación era ver “por el bien futuro de Chihuahua, porque no es deuda y tampoco la vamos a pagar los chihuahuenses”,
Si no fuera deuda no habrían cercado con vallas desde la noche previa, sabiendo que los ciudadanos se manifestaron desde antes y de diversas maneras en contra de la bursatilización, si no fuera deuda no habrían llenado las sillas en el auditorio con empleados del mismo Congreso para que no quedaran espacios libres y entonces tener pretexto para no dejar entrar a nadie más, si no lo fuera no habrían intentado convencer de lo contrario al menos dos de los diputados priistas, si no fuera deuda no debería pagarse, sea por quien sea, durante los años por venir.
Pese a todas las muestras de rechazo en las redes sociales, ante las vallas en la Plaza Mayor, sólo llegaron representantes de Morena, que con un claro mensaje en una lona “Duarte ya vete” y la intención de entrar a presenciar la sesión, gritaban a los guardias que también ellos serían afectados y al ex diputado Rubén Aguilar que era un traidor del pueblo, y al no poder entrar a la Torre legislativa, entonces tiraron al aire los billetes y monedas que llevaban preparados para decirles a su manera, a los diputados, que eran unos vendidos; mientras que algunos panistas sí pudieron entrar a la sesión luego de ser rechazados en un primer intento; como también entraron empresarios del Consejo Coordinador Empresarial, que también rechazó la aprobación.
Y antes, allá, lo mismo lejos que aún cerca del Congreso, la vida seguía su curso, normal, como todos los días, porque lejos de la política, no todos entienden qué significa bursatilizar, y algunos incluso, no podemos pronunciarlo; ni mucho menos qué representa para la economía, ya no del estado, sino de la propia; aunque explicado con manzanitas, de los seis mil millones de pesos aprobados hoy tres mil se usarán para pagar pasivos con Inbursa y los otros tres mil para el pago a proveedores; todo a pagarse con las cuotas de peaje en las carreteras del estado.
Y a la hora en que, inútilmente según algunos, se discutía el asunto dentro del Pleno durante tres horas; afuera, la valla, con policías incluidos, ya lucía más que inútil, como la imagen perfecta de la división entre representantes y representados, que no siempre van en el mismo rumbo y que seguramente no tienen la misma visión de lo que es deuda y lo que no.
Al final, con la ausencia de uno de sus legisladores, al PAN le faltaron cuatro diputados más, luego de sumar a la priista Teporaca Romero y a la petista América Aguilar, para poder parar el endeudamiento, al que el mismo gobernador electo Javier Corral hizo el llamado para evitar, y se quedaron con ocho votos en contra, en contraste con los 23 votos a favor, que seguramente le dieron ahora a Chihuahua un nuevo estatus dentro de los estados con mayor deuda del país, el estado donde los diputados, representantes del pueblo, se amurallan para aprobar una deuda que no es deuda, pero que como todas las deudas del mundo, alguien, algún día, habrá de pagar.
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