Chihuahua.- Con una sola decisión, que de momento no se supo de dónde vino, la actual legislatura ha pasado ya a la historia como la que, en incongruencia con su postura desde antes de ganarse las diputaciones, llamó al equipo antimotines para apaciguar una manifestación que en casi todo momento permaneció en tranquilidad.
Agentes federales y estatales, el grupo especial de antimotines y los mismos guardias del Congreso con equipo especial, de pronto aparecieron a la salida del Salón de Plenos, mientras frente a la tribuna de manifestaban barzonistas e integrantes de Morena, con pancartas y lonas, contra la aprobación del presupuesto del 2016, que dicen no tiene nada de austero.
Desde la Presidencia, la diputada Blanca Gámez solicitó el retiro de los agentes especiales, que ya habían sido precedidos por jefes y comandantes, que eran fotografiados y a su vez, fotografiaban a los reporteros, y que finalmente se retiraron ante la petición de Gámez.
Antes, los ánimos se encendieron entre los manifestantes y comenzaron a pedir "policía fuera", "no represión", ante la aclaración de la presidente, de que ella no solicitó la fuerza policiaca, mientras alguien más decía que sólo algún secretario podría haberlo hecho, otros más decían que fue el diputado Miguel La Torre y algunos reían que seguramente el PRI, sin poder, habría querido hacerlo.
En el breve receso que solicitó la presidente y que la diputada Fuentes cuestionó, los manifestantes aprovecharon para expresar sus demandas, dejando claro que "ni cuando estaba Duarte la policía entró al Congreso", y que “el Congreso es la casa de todos, y no nos pueden decir que nos vayamos de nuestra casa”.
Al final, casi cerca de las seis de la tarde y con ya muy pocos de los manifestantes gritando y portando sus pancartas, el Congreso del Estado aprobó tanto la ley de ingresos como el presupuesto de egresos, cuando ya para entonces se sabía que fue el cuerpo de seguridad del propio Congreso el que llamó a la Policía Federal y el equipo especial antimotines, ante lo que ellos, sin pedir ni autorización ni otra opinión, consideraron un riesgo, encendiendo los ánimos de los ciudadanos que protestaban.
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