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Dos muertes estremecieron a Chihuahua este domingo. Las dos de mujeres. Una, viajaba en una camioneta Journey de modelo reciente a Cuauhtémoc; era estudiante del Tecnológico de Monterrey y tenía 20 años. La otra, de 43 años, fue abandonada frente al panteón de Carrizalillo al sur de la ciudad.

Andrea, así se llamaba la estudiante, levantó una ola de indignación entre la comunidad estudiantil, empresarios, políticos y medios de comunicación. La otra, Concepción, pasó casi desapercibida.

Por una exigieron justicia y hasta el gobernador asistió a su funeral e incluso un grupo musical le compuso una canción; la otra quedará en el olvido, recordada sólo por sus seres queridos, sin palabras de condena en las redes sociales.

Los feminicidios nunca se fueron, sólo estaban al acecho. En todos está salir a exigir justicia, igual por una estudiante de 20 años del Tec de Monterrey de apellido Athié Corral, que por una mujer de 43 años de nombre Concepción Vega Rentería. Nos debe doler igual la agresión que sufrieron las dos. Las dos eran mujeres.

No debe haber feminicidios de primera, de segunda y hasta de tercera. Cualquier asesinato de una mujer nos debe doler a todos.
La Crónica de Chihuahua

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