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Por Leo Zuckermann.- ¿Qué tanto importa el color de la piel para la movilidad social en México? El 16 de junio, el Inegi publicó un comunicado en el que nos da una respuesta. Los resultados son, desgraciadamente, tristes: la raza sí importa en las oportunidades para mejorar el nivel de riqueza y bienestar social de una persona. Lo más penoso ha sido ver a los que públicamente rechazan esta conclusión a pesar de la evidencia empírica.

El estudio del Inegi es el último relacionado con este tema. Destaca por su seriedad metodológica, como suele ser el caso con los que lleva a cabo este instituto. El Módulo de Movilidad Social Intergeneracional (MMSI) tiene como objetivo “generar información retrospectiva y actual de la población de 25 a 64 años de edad sobre aspectos sociodemográficos y socioeconómicos que permiten comparar el origen y el destino de los individuos en tres dimensiones: educativa, ocupacional y económica”. Para tal efecto, realizaron una encuesta con una muestra gigante en casi 32 mil viviendas que tiene representatividad nacional, urbana y rural. Se levantó entre julio y diciembre del 2016. Cito, para que no queden dudas, los principales resultados del MMSI con respecto al asunto étnico-racial:

En el estudio se aplicó “una escala cromática que incluye una clasificación de color piel, la cual se retomó de la utilizada por el Proyecto sobre Etnicidad y Raza en América Latina. Esta escala cromática incluyó once tonalidades de piel, siendo A el más oscuro y K el más blanco, con el propósito de que el propio entrevistado(a) identificara su color de piel”.

“De las personas que se auto clasificaron en las tonalidades de piel más claras (de la I a la K), solo 10% no cuenta con algún nivel de escolaridad, mientras que para las personas que se auto clasificaron en las tonalidades de piel más oscuras (de la C a la A), 20.2% se encuentra sin instrucción”.

“En las personas que se auto clasificaron en las tonalidades de piel más obscuro (A), se observa un mayor rezago educativo: 28.8% cuenta con primaria incompleta y 23% con primaria completa; mientras que las personas con en tonalidades de piel más claras (de la F a la K), tienen porcentajes más altos en los niveles media superior y superior (29.3 a 44.4 por ciento)”.

“Conforme el tono de piel auto declarado se vuelve más claro (escalas I a la K), se observan mayores niveles de escolaridad. En estos tres niveles de la escala, 48.1% cuenta con un nivel medio superior y 79.2% alcanza un nivel superior. Por el contrario, cuando las tonalidades de piel se vuelven más oscuras (escalas A a C), se presentan menores niveles de escolaridad. De las tres tonalidades más oscuras de la escala, 33.9% cuenta con nivel medio superior y sólo 25% tiene un nivel superior.

“A partir de los tonos medios de la escala (escala F) y conforme estos se hacen más oscuros, el porcentaje de personas ocupadas en actividades de baja calificación aumenta. Por el contrario, cuando los tonos de piel se vuelven más claros, los porcentajes de ocupados en actividades de media y alta calificación son más elevados”.

“Con respecto a la percepción de las personas en relación con el cambio en su situación socioeconómica actual respecto a la de su familia de origen, de acuerdo con los datos del módulo, para las tonalidades de piel más oscura se percibe en menor proporción (48.6%) una mejora en su situación socioeconómica, en comparación con la tonalidad de piel más clara (52.2 por ciento)”.

“Para los tonos más oscuros, los porcentajes de personas que consideran que su situación no ha cambiado son más altos que para el resto de los tonos de la escala”.

Sobre el MMSI y la polémica que se desató en las redes sociales a partir de los comentarios de los que niegan estos datos, el economista Luis Ángel Moroy-Gómez-Franco escribió una nota en Nexos en la que concluye: “México es un país en donde el color de piel es una de las circunstancias que influyen los resultados de vida de una persona, mientras más pronto lo reconozcamos, más pronto podremos comenzar a construir un México con igualdad de oportunidades”. Tiene toda la razón. Sólo aquellos con un incontrolable ánimo protagónico se pueden atrever a desconocer lo que es evidente a todas luces y que los estudios serios comprueban con rigor científico. Y, por cierto, resulta que los negadores son todos blancos. ¿Por qué será?

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