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Chihuahua, Chih.- Por onceavo año consecutivo, la comunidad Rarámuri y mestiza del Movimiento Antorchista en la ciudad de Chihuahua, celebró el Yúmare, fiesta tarahumara de despedida a Onorúame, Dios Padre y Madre, asimismo, por tercer año consecutivo el anfitrión fue el nutrido grupo Rarámuri de Vistas del Cerro Grande.

Yúmare es la despedida al Dios, de acuerdo con la tradición tarahumara, mientras que el Tutuburi es la bienvenida, ambas fiestas coincidentes con los ciclos agrícolas de siembra y cosecha, en la bienvenida se le pide por una buena cosecha y un buen año, y en la última se le agradece por las gracias concedidas, aunque también es usual que se le pida. La fiesta comienza desde la mañana, bendiciendo el lugar y termina bendiciendo el Tónari, la ofrenda de alimentos que se le hace a Onorúame. Todo el tiempo lo hacen entonando cantos acompañados de sonajas y violín tradicionales, y bailando, pues es así, bailando, como los Rarámuri hablan con Onorúame.

El Tónari, es originalmente un cocido de res, que no es más que la carne del animal sin las vísceras y sin más aditivo que la sal, costumbre que se adapta según las circunstancias de cada comunidad, en este caso, muchas familias Rarámuri de la ciudad son muy pobres y este manjar lo prueban pocas veces al año, en el Tutuburi o el Yúmare, para darse una idea del manjar que significa, basta saber que cocinar huevos para la cena de Navidad en la gran mayoría de los asentamientos indígenas de esta ciudad, es un muy inusual lujo. Por eso, al cocido de res hoy le agregan las mukiras, a cargo de cocinar la ofrenda, zanahorias, papas, calabacitas tiernas, esta vez le agregaron repollo y arroz guisado, para que coman los niños, “Onorúame comprende”, fue la consigna de las mukiras.

Además del Tónari, las mukiras cocinaron desde un día antes el Teshuino, un fermentado de shunuku, maíz, base de su alimentación junto con los quelites, frijoles, jitomate, cebolla y calabazas, lo que se puede cultivar en la Sierra Tarahumara y que continúan acostumbrando una vez que llegan a la ciudad, no perder esas costumbres originales de su pueblo es una de las razones por las que insisten en mantener los festejos y vestimentas tradicionales, indicó María Guadalupe Palma Flores, gobernadora indígena de la comunidad de Vistas del Cerro Grande.


“Es difícil en estos tiempos y viviendo en la ciudad hacerlo, incluso entre los más viejos, es una labor de a diario, pero que hacemos porque tenemos la obligación con nuestro pueblo y es por eso también, por defender el valor de nuestro pueblo indígena y los derechos que como mexicanos tenemos, que nos decidimos hace tres años a integrarnos de lleno al Movimiento Antorchista, en esta organización de la que somos parte, vemos que sí hay, pues ganas y manera, de hacernos justicia como indígenas y como unos más de los pobres que vivimos en carne propia las dificultades de ser pobre en México”, Guadalupe Palma fue elegida a mano alzada en noviembre del 2015 como gobernadora y sigue siéndolo, su comunidad está orgullosa de ella.

Así, desde el sábado muy temprana la mañana y hasta entrada la tarde del domingo, los pies ligeros o que caminan bien, definiciones aceptadas de la palabra Rarámuri, celebraron el Yúmare junto con la comunidad mestiza, tanto indígenas como mestizos compartieron de la ofrenda a Onorúame y del acto de agradecimiento y despedida, de esta manera, Dios, que da la vida, se lleva la muerte, lava lo malo y deja sólo la vida y lo bueno. 

Además se recordó a Gabriel Teporaca, nombre adicional que los antorchistas de Chihuahua le dan a esta celebración, por representar los ideales de emancipación y de lucha del pueblo indígena de esta parte del país, al morir en 1652 el caudillo en manos de los españoles colonizadores ahorcado y exhibido su cuerpo como muestra de lo que le pasaba a los rebeldes, sin embargo ha podido más en la conciencia de muchos indígenas tarahumares el ejemplo de resistencia y valentía de Gabriel Teporaca, que la amenaza de muerte de los colonizadores.

En esta ceremonia participaron los colonos de los grupos del Movimiento Antorchista en el sur de la ciudad, el dirigente en esa zona, profesor Iván Leo Tepatzi Ramírez, así como la dirigente del Seccional Chihuahua, profesora Pilar Muñoz Márquez, tanto para cocinar el Tónari como para danzar acompañando a las autoridades indígenas. 

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