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Unas burladas, unas amenazadas, unas ninguneadas, unas silenciadas, unas sorprendidas. Las mujeres vivieron diferente el 8 de marzo en el Congreso del Estado, donde la discusión, el circo, los extrañamientos, los gritoneos, estuvieron de a peso.

Y es que con gritos, burlas y hasta una eventual denuncia por violencia política hacia las mujeres, los diputados rechazaron primero y aprobaron después, un dictamen que fue corregido donde no se debía, un premio que cambió la decisión del jurado, una sesión solemne a la que precedió un show legislativo. 

La declaratoria de dos categorías desiertas del reconocimiento a la Chihuahuense Destacada 2018 y la posterior corrección del dictamen, provocó que al iniciar la sesión ordinaria de este jueves, se originara una discusión entre los diputados en el Pleno, donde quedó patente que se dio validez a un dictamen que fue corregido sin haber sido returnado a la comisión respectiva, y que la Junta de Coordinación Política no tuvo el quorum reglamentario, a pesar de que su presidente, el diputado Jesús Villareal, argumentó reunir el quórum con ¡un voto ponderado! El colmo.

Los rumores en los pasillos eran en el tenor de que “como no nos necesitan para aprobar sus asuntos, pues no fuimos a la reunión”. Un salón 18 con varios puestos listos para el desayuno vacíos, y sólo el diputado Villareal y los representantes de dos partidos más, dieron cuenta de que la revancha cantada, dejó de ser rumor.

Una noche antes, trascendió el dictamen, el 535, daba cuenta de que a pesar de la decisión del jurado, la comisión de Igualdad declaró desiertas dos categorías. Las mujeres integrantes del jurado fueron ninguneadas prácticamente por las diputadas Nadia Siqueiros y Martha Rea, quienes consideraron que las ganadoras no mecerían tal “distinción”.

Sin embargo, ya en la sesión pretendía aprobarse un dictamen reformado, con un nombre agregado en la categoría científica y con el nombre cambiado en la de activismo, a decir de la diputada priista Isela Torres, “quieren aprobar los caprichos de Ema Saldaña, que quiere que ganen sus amigas”. Pero eso nunca se comprobó, aunque tampoco se rechazó por parte de algún legislador.

Entre tanto zafarrancho, acusaciones de falta de oficio político de Villareal para lograr los acuerdos, de falta de conocimiento al reglamento del Congreso, de la intentona burda de mayoritear sin sentido, y entre varios turnos al micrófono de los diputados de oposición denunciándolo y de los panistas justificándolo, el diputado Jorge Soto, en funciones de presidente, sin más le dijo a la diputada Antonieta Mendoza, secretaria de la Mesa Directiva, que si iba a estar queriendo participar en el debate, que mejor se bajara de la Secretaría y fuera relevada, a lo que ella, a los gritos también, lo acusó de violencia política de género “¿por qué quiere que me baje, porque soy mujer o qué?” habría dicho, quizá aprovechando el calor del momento.

Ya luego ella diría que fue amenazada por varias diputadas a través de mensajes en uno de sus grupos de Whatsapp. Una de ellas sin embargo, no esperó a escribirlo y lo dijo a sus compañeras, ahí en el Pleno, en la curul que ocupa entre la diputada Patricia Jurado y el diputado Jorge Soto, “esta vieja siempre se siente aludida”. 

En tanto, ya sin ningún pudor, los legisladores se acercaron a la Presidencia algunos para decirle directo a Soto “si no respetas, bájate tú” como Alejandro Gloria del Verde, “a la compañera la respetas, pide un receso” como Crystal Tovar del PRD, o que “el respeto es para todos y no nos respetaron” como Pedro Torres de Morena, otras para arropar y defender a Soto, incluso colocándose detrás de él, como Rocío González del PAN.

Tras acordar un receso, volvieron al Pleno para dar lectura al dictamen cambiado al vapor, que fue rechazado ahora por un grupo de mujeres presentes en el auditorio, que con cartulina en mano y puño en alto, gritaban “respeto a la convocatoria”, ya que argumentaban no se respetó la decisión del jurado, “entonces para qué nos invitan a ser jueces”, cuestionaron al sentirse burladas.

La cereza vendría al final, cuando el diputado Pedro Torres solicitó se les diera oportunidad a las ganadoras de poder dar un mensaje en tribuna, lo que fue negado una vez más, como cuando se rechazó una iniciativa presentada pidiendo eso mismo, por la diputada Nadia Siqueiros. Las ganadoras fueron pues silenciadas.

Así lleno de contradicciones se vivió el 8 de marzo en el Congreso del Estado, donde también hubo flores por parte de alguna diputada que al final de la sesión entregó unas rosas pintadas de turquesa, y donde al día siguiente se realizaría un desayuno para halagar a las mujeres trabajadoras del Poder Legislativo. 

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