“En general la gente tiene conciencia, los mismos pacientes han expresado que están evitando acudir al servicio para no exponerse y dejar espacio a la atención de la contingencia. Pero también los hay menos cooperativos que tienen la clásica mentalidad del "no pasa nada". Esta situación genera opiniones divididas, pero las consecuencias al final, buenas o malas, nos afectarán a todos por igual”, señala en entrevista.
Mientras limpia parte del equipo que utiliza en su rutina diaria, se dice consciente de que como personal de salud puede ser una fuente de contaminación, por lo que hoy más que nunca se hace urgente el tomar medidas al respecto para no diseminarla más allá del área de trabajo, pero sobre todo para proteger a los demás.
"Hemos adoptado medidas exhaustivas de higiene tanto en las unidades como en el equipo que tiene contacto con el paciente, todo para minimizar los riesgos de contagio”, señala, y agrega que fuera del trabajo las medidas son las mismas que para todos los demás: mantener la distancia aun con la familia de casa, limitar las interacciones y sobre todo procurar la desinfección de áreas comunes.
Sin embargo, destaca que algunas medidas ya eran rutina desde antes, como “no mezclar los uniformes sucios con la ropa de los demás y lavar por separado. En cuanto a nuevas medidas, procuro cargar con ropa limpia y no contaminada para cambiarme al salir de turno”.
Al contrario de lo que podría esperarse, en Chihuahua no se dispararon los llamados de auxilio, sino al contrario, dice Mario “si bien la situación actual en Chihuahua, en referencia al COVID-19, es aún incierta, en los servicios de salud se ha visto una disminución considerable en el flujo de derechohabientes pues en su mayoría estos han limitado su visita para lo estrictamente necesario como surtir recetas de tratamientos crónicos o para su tratamiento en urgencias, departamento que por el momento ha dejado de recibir visitas excesivas, lo que ha hado oportunidad de concentrarse en aquellos pacientes que presentan un padecimiento que pone en riesgo sus vidas”.
Sin embargo, tiene claro que lo que vive como parte de una institución es “sólo una parte del paisaje”, porque al recorrer diariamente las calles arriba de una ambulancia tanto en un turno de día como de noche, se da cuenta de que “la perspectiva ha sido distinta. Aun se ve en la calles familias completas que acuden a convivir en reuniones y plazas comerciales. Es vital entender el impacto positivo de mantener distanciamiento social, así como permanecer en casa en medida que las responsabilidades de cada uno lo permitan”, recomienda.
Apenas este lunes por la noche se declaró la emergencia sanitaria en todo el país al llegar a las más de mil personas afectadas por el Coronavirus, lo que para el joven paramédico, así como para muchas personas que se informan diariamente sobre el avance del virus, no significa otra cosa que “la situación no está cerca de terminar, sin embargo con el compromiso de cada uno de nosotros podemos lograr que sea más fácil hacerle frente. Estamos en fase 2 y se considera inminente la llegada de la fase 3 donde el número de contagios no se contaría por cientos sino por miles”, dice con un cierto dejo de tristeza porque hay personas que aún no entienden la importancia de no salir de casa.
El joven paramédico, que también gusta de la literatura, sentencia prácticamente que “la diferencia de cómo manejaremos lo que viene, que no será fácil, está en nuestras manos, bien lavadas desde luego. Informémonos con responsabilidad acudiendo a fuentes confiables, atendamos a las recomendaciones de las autoridades y seamos empáticos con el prójimo, hoy más que nunca es tiempo de, a una distancia prudente, estar unidos”.
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