Chihuahua.- Compuesta por 10 personas entre adultos mayores y niñas, la familia de doña Vicky está atravesando por una difícil situación económica, debido a la contingencia sanitaria por el Coronavirus COVID-19, que ha dejado hasta ahora a más de 14 mil personas sin trabajo solo en Chihuahua, pero también por otras dificultades.
Apoyada con un bastón para caminar, la señora Eduvigis Rodríguez Rodríguez, doña Vicky como es conocida, sale de su casa en la calle Barrancas del Cobre, para recibir algo de despensa, porque una maestra, amiga de la familia, colocó afuera un pañuelo de color rojo ante la falta de alimento y la situación tan crítica de salud que están viviendo.
La vida no ha sido nada fácil para esta abuelita a quien también conocen como “la señora del pan”, y quien a decir de su hija “tiene diabetes, alta presión, la tiroides, colesterol, agrandamiento de corazón” y porque desde que sus dos bisnietas eran aún unas bebes tuvo que hacerse cargo de ellas “me las dejaron sin más y nosotros, como pudimos, nos hemos hecho cargo de ellas”.
Para ello, así con sus dolencias y ya casi sin poder ver bien, doña Vicky elabora pan ranchero para vender en el tianguis de San Jorge y con los vecinos, en sus bolsitas de cinco piezas, que hasta ahora siempre había vendido bien, pero hoy no “nos fuimos en la mañana, la niña me ayudó con el carrito, llevábamos apenas 20 bolsas y se nos quedaron muchas, y antes nos llevábamos hasta 50, pero hoy casi no hubo gente”.
Además, a otra de sus bisnietas, una niña de 12 años, la atropellaron hace poco y la dejaron con fractura de pelvis y de cadera, y el primer año de la secundaria perdido “lleva siete meses sin poder caminar y ahí poco a poco moviéndose, echándole ganas”, cuenta.
Al mismo tiempo, a su hija Rosa María la operaron en el Issste de una afección en los órganos internos “duré dos meses internada y ahora no puedo trabajar porque me dejaron unas gasas adentro y tengo que estar yendo a curación”. En tanto, su hijo de 16 años es el que la asiste “él aún no puede trabajar por ser menor de edad, pero ayuda mucho”.
Su mayor preocupación ahora es que debe ponerse cada semana una inyección de Deca Durabolin, que tiene un costo de mil 800 pesos, pero como no cuenta con un servicio de seguro médico ni empleo le es prácticamente imposible adquirirla.
Por eso, la maestra colocó el pañuelo rojo buscando el apoyo de la gente que en estos tiempos de cuarentena se ha solidarizado con quienes se han visto más afectados, y Rosa María apela a “la buena voluntad de las personas, yo sé que aún hay mucha gente que ve por los demás, y quiera dios nos puedan apoyar para adquirir la inyección, para la despensa o para lo que gusten, dios nos ha de ayudar a todos”.
Para quienes quieran apoyar a esta familia pueden hacerlo directamente en su casa en el 3618 de la calle Barrancas del Cobre en la colonia Unidad Proletaria; a través de un depósito bancario de Bancomer al número de tarjeta 4152 3134 8459 2444 a nombre de Rosa María Domínguez Rodríguez, o bien comunicarse directamente al celular 614 553 93 00.
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