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Chihuahua.- Aun cuando hasta ahora no se ha determinado que el origen del COVID-19 haya sido un murciélago, sí se sabe que estos animales pueden ser portadores de virus que causan otras enfermedades como la rabia, por lo que en Chihuahua se están analizando ya en conjunto con un laboratorio de España.

Así lo dijo este miércoles el docente de la Facultad de Zootecnia y Ecología de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Sergio Luévano, quien detalló que “aunque hasta el momento no se ha comprobado que haya sido un murciélago el culpable del COVID-19, sí se ha comprobado que estos animales sí han enfermado a los humanos, por algunos agentes que tienen”.

Esto, sin embargo, dijo que ha sido como consecuencia del impacto que ha causado el propio ser humano hacia el ambiente natural de los animales, que “cada vez se ve más”, por lo que resulta necesario investigar si alguna de las especies que habitan en Chihuahua pudiera tener alguna relación con el Coronavirus.

“Vamos a trabajar en ese aspecto, ya se tienen relaciones con un laboratorio de España para analizar las especies de murciélagos que hay en la entidad, donde si bien el problema no es fuerte sí hay algunos que presentan afecciones como la rabia”, señaló.

Apenas en julio del año pasado, el propio Luévano dio a conocer sobre el proyecto para decretar como Área Natural Protegida las cavernas de Santa Eulalia, donde habitan cerca de 200 cavernas de murciélagos, de los que algunos al ser insectívoros, mantienen a raya ciertas plagas que afectan la producción agrícola, y que no obstante están expuestos a pesticidas y a las secuelas que trae la minería en el sector. 


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