Por Daniel Aceves Villagrán.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la pandemia del covid-19 generó en México más de 626 mil muertes entre el año 2020 y 2021, tanto por el patógeno como por causas indirectas atribuibles a la enfermedad. Como resultado del impacto, a nivel global se estima que, en el mismo periodo, ha habido cerca de 15 millones de decesos por la pandemia, casi tres veces más que los fallecimientos reconocidos por los diversos países.
Se calcula que el exceso de mortalidad también está vinculado a las enfermedades no transmisibles, donde destacan la obesidad y el sobrepeso, diabetes, hipertensión, cardiopatías y diferentes tipos de cánceres que están vinculados a la inactividad física.
De acuerdo a información del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 69% de quienes fallecieron por COVID-19 tenía diabetes e hipertensión y se reporta que hay serios problemas en las mujeres de 26 a 60 años por sobrepeso, y que las niñas y niños están en una circunstancia compleja. Al año, el IMSS pierde 20 mil millones de pesos en incapacidades por diversas afecciones, de éstas, la mayor parte asociadas al sedentarismo.
Europa, de acuerdo a la OMS, reporta una tasa de personas obesas o con sobrepeso que alcanza “proporciones epidémicas”, debido a que el 60% de los adultos y la tercera parte de los menores de edad están ya en estas categorías; con base en esta información, la tasa de obesidad entre la población es la segunda a nivel continental, sólo superada por América y, ante esta alarma, pareciera que una emergencia desatada por la pandemia conocida por todos, ningún Estado miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha tomado la ruta y menos la meta para detener el aumento de la obesidad para el año 2025; las mayores tasas en relación a lo comentado se registraron en Turquía, Reino Unido y Malta, estos resultados se están asociando al incremento de condiciones obesogénicas, por el confinamiento, cierre de escuelas y trastornos emocionales que han forzado al sedentarismo de manera general, también, de acuerdo a la OMS, la obesidad en Europa provoca 1.2 millones de muertes por año, lo que representa el 13% de decesos en esa región, con 200 mil casos de cáncer al año.
La alerta para educar, prevenir y atender el fenómeno de la inactividad física asociada a la obesidad y el sobrepeso debe de ser una política pública transversal de todos los sectores, con un sentido pragmático, en donde esta problemática se considere como una enfermedad crónica, compleja y multifactorial, con una perspectiva integral que incluya actividad física, alimentación y salud emocional.
El desarrollo de profesionales de la salud que atiendan el primer nivel de atención, es decir, lo preventivo, campañas de comunicación en un movimiento social de activación física para concientizar y promover cambios de comportamiento (hábitos) para la prevención y control de la obesidad, realizar investigaciones sobre los factores de riesgo y determinantes de la falta del autocuidado de la salud, entre otros conceptos en donde existen mediciones por parte de la ONU a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, del Plan Mundial de Activación Física de la OMS y de las herramientas estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) del Instituto Nacional de Salud Pública. De no revertir estas tendencias, habrá un colapso de los sistemas de salud públicos y privados.
Hola, déjenos un comentario