Ciudad de México.- Aunque se han registrado ligeros avances para promover la equidad de género y abordar la violencia y la discriminación hacia las mujeres en los medios de comunicación, el informe Mujeres Periodistas y Salas de Redacción reveló que un número significativo de mujeres siguen enfrentando barreras para acceder a los medios; también se registra una alta prevalencia de situaciones de violencia y dichos espacios no han avanzado en el desarrollo de estrategias para abordar estos patrones de agresiones y discriminación.
El INFORME realizado por la Relatoría Especial para la Libertad Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) destaca que la violencia contra las mujeres “se manifiesta de distintas formas, desde el asesinato, la violencia sexual, incluido el acoso sexual hasta la intimidación, abuso de poder y amenazas basadas en el género”.
Al respecto Adriana Ramírez Vanegas, responsable de Redes de Periodistas, Libertad de Expresión y Género de Comunicación e Información de la Mujer A.C. (CIMAC), detalló que investigaciones realizadas por la organización destacan que cada 40 horas una mujer periodista es agredida en México.
Durante la presentación del informe realizada en el Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México, Ramírez Vanegas añadió que la precariedad y explotación laboral representan otra forma de violentar a las mujeres periodistas, información obtenida por acompañamientos realizados desde CIMAC a comunicadoras que son violentadas por el ejercicio de su profesión.
Lo anterior también se ve reflejado en el informe de la CIDH, en el que se destaca que en México muchas mujeres periodistas han declarado que los ingresos que reciben por su labor periodística no son suficientes para solventar su costo de vida, lo que las obliga a tener otros trabajos paralelos y "esta multiplicidad de empleos, a la que se suma el trabajo doméstico no remunerado, les genera una sobrecarga de tareas que impacta no sólo en el ejercicio de su profesión sino también en su salud y otros aspectos de su vida personal”.
Dicha situación es observable en toda América Latina, ya que en países como Argentina, “las mujeres están sobrerepresentadas entre quienes trabajan a tiempo parcial en las empresas de medios. Por el contrario, los varones son mayoría entre quienes trabajan en relación de dependencia y con carga horaria full time. En este contexto, las mujeres que trabajan en los medios de comunicación consideran que estas desigualdades agudizan problemáticas como la brecha salarial y se suma al trabajo doméstico no remunerado como pilar de la desigualdad de género”.
En Chile, por ejemplo, las periodistas han denunciado que durante años han trabajado con contratos a honorarios, sin posibilidad de tener prestaciones, incluido el nulo acceso a servicios de salud.
Mientras que en El Salvador, las periodistas también reportan una creciente precarización laboral, debido a varios factores. Por ejemplo, destacan que ahora una persona resuelve toda la cobertura, desde la toma de fotos, la publicación en redes sociales y la conversión del formato a radio. “En algunos medios se hace por una dificultad financiera, pero en otros no. En este sentido, informan que muchas veces los medios de comunicación aprovechan los supuestos recortes económicos para despedir a todas las mujeres”, destaca en su informe la Relatoría Especial para la Libertad Expresión.
Techo de cristal y segregación: vigentes contra mujeres periodistas
El informe destaca que en toda la región, la presencia de mujeres tanto en los cargos jerárquicos al interior de las redacciones como en los puestos de gobierno y alta gerencia de las empresas periodísticas es escasa.
Por ejemplo, en Argentina el 78 por ciento de las más de 400 periodistas que participaron en un estudio realizado en 2018 reportaron que la mayoría de los jefes en el medio donde trabajan son varones.
En Brasil, aunque son mayoría entre quienes ejercen el periodismo,73 las mujeres representan sólo el 22 por ciento de las personas que lideran redacciones.
En Chile, según información difundida en 2019, “sólo hay una mujer que ocupa el cargo de directora de medios, mientras que los puestos de editores siguen siendo espacios principalmente masculinos.
Misma situación que se presenta en Ecuador, donde los periodistas ocupan “la mayoría de los cargos relacionados a las áreas de redacción, producción y diseño” y también están sobrerepresentados en los puestos jerárquicos o de dirección.
A lo anterior se suma la segregación ocupacional que se presenta como producto de los estereotipos y patrones existentes en la asignación de tareas y actividades.
“En gran parte de los países de la región, las mujeres periodistas “son responsables de los temas ‘menos relevantes’ para la agenda mediática y aquellos vinculados a lo que se considera la temática ‘femenina’: cultura, sociedad, salud, educación, es decir, áreas laborales que serían extensiones de las tareas reproductivas que las mujeres tradicionalmente han realizado sin paga en la sociedad. Y, también, obviamente, son quienes llevan la agenda de género”.
Como ejemplo tenemos Colombia, donde solo dos de cada 10 mujeres periodistas cubren todos los temas de la agenda del medio o se encargan de secciones como política y justicia. En Brasil, aunque ellas son mayoría entre quienes cubren economía, siguen siendo una minoría al hablar de temas como deportes, tecnología y educación.
¿Qué hace falta para erradicar las distintas formas de violencia y discriminación en los medios de comunicación?
Verónica Espinosa, integrante de la Red mexicana de mujeres periodistas, quien afirmó también que en un siguiente informe se debe platicar con las dueñas y dueños de los medios de comunicación para saber qué sí y qué no han hecho en favor de los derechos de las mujeres periodistas.
Por su parte, Adriana Ramírez señaló que si se hiciera un estudio después del COVID se podría afirmar que la violencia contra las mujeres incrementó por la precariedad y disputa que tiene que ver con desestimar su labor.
“Las agresiones en redacciones van escalando y cada vez más fuerte el impacto porque no hay acciones para contemplar la violencia en el ámbito laboral”, destacó; sin embargo, el trabajo no debe quedarse ahí, pues en dependencias de comunicación social se viven las mismas violencias.
“Jefes de comunicación social se refieren a ellas como señoras o damitas, discurso que se reproduce a las escalas mínimas de la violencia contra las periodistas”, por lo que la integrante de CIMAC concluyó que las recomendaciones sobre lo que hace falta deben traspasar diversas áreas de la comunicación.
CIMAC
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