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Londres.- Liz Truss renunció como primera ministra de Reino Unido tras 44 días en el cargo y polémicas económicas y políticas. La renuncia se da luego que las políticas económicas de la premier causaran turbulencia en los mercados y minaran su autoridad.

Truss hizo el anuncio luego de sostener una reunión organizada apuradamente con un funcionario del Partido Conservador a cargo de evaluar si la primera ministra tenía el apoyo de los conservadores en el Parlamento.

En su renuncia, Truss indicó que el Partido Conservador elegirá a un nuevo líder en el transcurso de una semana.

Luchando por su supervivencia política tras el colapso de su agenda económica, Truss había sufrido otro duro golpe este miércoles después de que se vio obligada a cambiar a una pieza clave de su Gabinete, el segundo cambio importante de fichas en seis semanas de Gobierno.

Horas después de que Truss rechazó las demandas de parlamentarios para dimitir, al describirse como "una luchadora y no una renunciante", la premier sacó de su equipo a la ministra del interior, Suella Braverman, por una violación de seguridad al enviar un documento oficial desde su cuenta de correo electrónico personal.

El viernes pasado, la primera ministra cambió a su ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, quien fue el artífice de los amplios recortes de impuestos que sacudieron los mercados financieros y provocaron la caída en picada de la libra esterlina.

Ayer, desde la Cámara de los Comunes, la insistencia de Truss en que no dimitiría fue recibida con risas, incredulidad y gritos de "dimisión, dimisión".

Aunque según analistas la sesión de la premier ante los parlamentarios no resultó fatal, la salida de la ministra del Interior dejó entrever diferencias en el Gabinete.

Braverman, en su carta de renuncia a Truss, aseveró que tenía "preocupaciones sobre la dirección de este Gobierno", acusándolo de incumplir las promesas a los votantes y, en particular, de no frenar la migración.

Agencias

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