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Por Omar Bazán Flores: A partir del nacimiento de un bebé, la leche materna le aporta los nutrientes para su desarrollo y crecimiento, disminuye el riesgo de diversas enfermedades. Entre ellas los resfriados, infecciones, cólicos o diarrea.

Los beneficios de la lactancia materna se han extendido por todo el mundo, porque es la alimentación más óptima en los primeros meses. 

Hace ya 11 años, la Asamblea Mundial de la Salud (WHA) aprobó el objetivo global de nutrición de aumentar la tasa de lactancia materna exclusiva en los primeros 6 meses de edad al menos al 50% para el año 2025. 

La Organización Mundial de la Salud recomienda que los bebés deben ser amamantados exclusivamente durante los primeros seis meses de vida, y después introducir alimentos complementarios nutricionalmente adecuados y seguros, mientras se continúa con lactancia materna hasta los dos años de edad o más.

Los estudiosos han observado que la lactancia materna se asocia con el desarrollo cognitivo a largo plazo y el coeficiente intelectual que, a su vez, está asociado con el nivel educativo y los ingresos que una persona percibe.

Y es que la lactancia no sólo beneficia a los bebés sino también a las mamás, ya que a corto plazo ayuda a su recuperación física, por ejemplo, disminuye el riesgo de hemorragia después del nacimiento y reduce el riesgo de depresión post- parto.

A largo plazo contribuye a disminuir las probabilidades de desarrollar cáncer de ovario, cáncer de mama, diabetes tipo II, hipertensión, ataques cardíacos, anemia y osteoporosis.

Ante estos argumentos, es necesario decirle a los empresarios y empleadores que la promoción de la lactancia materna tiene beneficios para sus empresas.

El implementar una política de apoyo a la lactancia materna dentro del lugar de trabajo es rentable y algunos de los beneficios son:

Retención del talento ya que ofrecer un programa de lactancia en el lugar de trabajo ayuda a mantener una fuerza laboral estable reduciendo la rotación de trabajadores.

Incremento en la productividad por la disminución en la tasa de ausentismo.

Aumento en la tasa de retorno al trabajo después del parto ya que es más probable que las trabajadoras que deseen amamantar vuelvan a un lugar de trabajo donde exista un ambiente que apoye la lactancia materna.

Mayor compromiso de las colaboradoras y satisfacción laboral.

Mejora la reputación de la empresa porque refleja su inversión en el bienestar de sus trabajadoras y sus familias.

En lo local, es necesario armonizar la ley, en este caso el artículo 70 de la Ley Estatal de Salud, para dar facilidades para que madres que den pecho, tengan flexibilidad de hacerlo. 

Pero actualmente decenas de miles de mujeres en México siguen enfrentándose a múltiples barreras que disminuyen de manera importante sus probabilidades de tener una lactancia exitosa, por ejemplo, el retorno al trabajo es una de las principales razones por las que las madres dejan de amamantar a sus bebés. Por ello es apremiante que todos los actores que influyen de manera directa o indirecta en este proceso sean sensibilizados sobre la importancia de la lactancia.

Ante esto avancemos para lograr que toda trabajadora en época de lactancia pueda disponer en el lugar donde trabaja de media hora dos veces al día durante sus labores con el objeto de alimentar a su hijo. 

La trabajadora en época de lactancia podrá acumular las dos medias horas  que tiene derecho y entrar una hora después del inicio de la jornada o salir una hora antes de que ésta finalice, con el objeto de alimentar a su hijo o hija menor. 

Por supuesto, dicha hora será remunerada y el incumplimiento dará lugar a la sanción correspondiente para el empleador. El período de lactancia se debe computar a partir del día en que la madre retorne a sus labores y hasta diez (10) meses después, salvo que por prescripción médica éste deba prolongarse.

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