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Por Jael Argüelles.- Llegaron las fiestas decembrinas y con ello más reuniones familiares. Es una época donde la gente rebelde o poco convencional como feministas, anticapitalistas, gays, trans, poliamorosos, solteras empedernidas o divorciadas empoderadas, tenemos que poner de nuestra parte para evitar controvertir y mantener la armonía en la mesa.

Y es que, entre regalos, brindis y comidas, nos damos cuenta de que los comentarios sexistas, clasistas y homofóbicos siguen allí esperando brotar en cualquier momento, porque son más resistentes de las cucarachas postnucleares.

“Anda, ¿subiste de peso?”, te dice un familiar mientras sirven los tamales. Pero hay que soportar porque estamos en días de paz. “¿Y el novio?”, te preguntan antes de preguntarte cómo estás tú. “¿Cuándo piensas sentar la cabeza?, tu mamá a tu edad ya tenía a tus hermanos, ¿los niños para cuándo?”, te interroga la tía que tiene a Pablito atolondrado con una tablet desde hace cinco horas. “¿Te puedo decir que estás guapa, o tampoco se puede?”, te pregunta el tío acosador. “¿Pero entonces te vas de viaje sola?”, te cuestiona la abuela. Los discursos que creíamos superados en el 2023, retornan sin complejos.

Esos comentarios se repiten, mientras las mujeres cocinan, ponen la mesa, sirven, recogen, friegan, hacen el champurrado, sirven a todos antes que a ellas y cuidan de los niños. Los hombres, con mínimas excepciones, no hacen absolutamente nada que no sea para su placer. Hay unos que gimotean si algo no está a su gusto, pero reciben elogios por sus aportaciones culinarias, si las hay.

Por más avances que allá, las mujeres siguen equilibrando el trabajo remunerado y la mayor parte del trabajo doméstico no remunerado. En diciembre, esta responsabilidad a veces se duplica. Y es que roles de género estereotipados tienden a manifestarse más en esta época. Las mujeres asumen la mayoría de las tareas navideñas. ¿Cómo adornamos el árbol? ¿Ya se envolvieron todos los regalos? ¿Todavía hay que arreglar la cama de las visitas? ¿Las distintas partes de la familia reciben suficiente atención? ¿Es vegano el hijo mayor de Chonita? La lista continúa. Si hay alguien ocupado frenéticamente ocupada en el período previo y durante la navidad no es Santa Claus, son las madres de familia.

Por ello, si eres mujer y te encanta envolver regalos, hacer que la casa luzca bonita y cocinar el pavo, hazlo. Pero nunca debes sentir que tienes que hacerlo por ser mujer. Deberías hacerlo porque te gusta. No asumas un papel por mentalidades anticuadas, sino hazlo porque quieres. Lo ideal es repartir las actividades navideñas. Todas y todos podemos participar en la compra de regalos, decoración y preparativos de la cena.

También evitemos realizar comentarios discriminatorios en las reuniones. Nunca falta el cuñado de las fake news: “la inmigración aumenta la criminalidad”, “ya hay igualdad en el trabajo y en el hogar”, “la homeopatía no hace daño a nadie”. “Tú que eres feminista, vamos a pegarle al piñato”, dice el primo deudor de pensión alimenticia.

Si hay valores que propiciar en durante este mes deben ser el amor, la tolerancia y la empatía. ¿Cuántas ocasiones nos haremos de la vista gorda ante la visita de el/la “roomie” del pariente gay o lesbiana? Un/a “roomie” que la familia conoce hace 20 años, al que no se le puede llamar abiertamente “pareja”, como sí se le llama al novio malacopa de la prima que probablemente no saldrá en la foto familiar de la próxima navidad.

Y llega la hora de abrir los regalos. A las niñas se dirigen los juegos relacionados con ponerse guapas y cuidar a los demás; a los niños, los juguetes que invitan a una vida de aventura. Continúan los mensajes fosilizados en los spots publicitarios que veía en el 2000: a las niñas ser relaciona con arquetipos femeninos de belleza o ser madres, mientras que los comerciales dirigidos a niños siguen vinculados a juguetes de profesiones como pilotos o policías. Para ella: el nenuco; para él: balón de futbol.

Pareceré grinch, pero los juguetes siguen invisibilizando los nuevos modelos de mujer donde nosotras ya no somos hacendosas cuidadoras sino científicas, deportistas o exploradoras. En esa infancia de hoy está la sociedad de mañana, por eso comprendamos que los juguetes y los colores no tienen género. Así que busca regalar juguetes que fomenten la creatividad de las niñas y los niños sin estereotipos.

En fin, procura la paz en estas fechas, pero también pon un alto si conductas o comentarios te fatigan. Tener un vínculo de sangre, no significa tener tolerancia irrestricta. Confronta, por incómodo que pueda parecer. Sin embargo, también escoge tus batallas. Si el debate se abre trata de hacerlo con quien sea abierto al diálogo y no con aquel que solo quiera hacerte enfadar. Es probable que los prejuicios de la mayoría no los vayas a erradicar, pero también es posible encontrar una aliada o aliado esa noche.

¡Feliz navidad y próspera igualdad!

All I want for christmas are equal rights.

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