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Chihuahua, Chih.- La directora del Centro de Atención a la Mujer Trabajadora de Chihuahua Martha Teresa González Rentería dijo hoy que al no impartirse desde el enfoque de derechos humanos y con perspectiva de género, el Sistema de Justicia Penal es un sistema fallido.

En el marco del Día de los Derechos Humanos, que fue establecido por las Naciones Unidas y que se conmemora cada 10 de diciembre, la también presidenta del Comité de Prevención y Atención a la Violencia Familiar y de Género del Municipio de Chihuahua, dijo que en la percepción de las organizaciones civiles falta aún mucho para que las victimas encuentren justicia.

“Desde nuestra percepción, la justicia no les llega, no es nada más el tema de la violencia que sufren o que padecen desde vivir o vincularse con un generador de violencia sino con la violencia estructural, esa que por más leyes que se hagan siempre hay faltante de una política púbica”, detalló.

En ese mismo sentido, la activista refirió que en ese sector se observa un déficit y una omisión por parte de las autoridades quienes tienen un sinfín de carpetas de investigación acumuladas al por mayor y que aunque el personal reciba capacitaciones esto no es suficiente. 

“En muchas ocasiones las mujeres van y piden justicia y la solución de sus casos; sin embargo, aún persisten esas ideas arraigadas en el tema de que las mujeres tienen que aguantar y que no es para tanto y lamentablemente, por más esfuerzos que hacemos nosotras las organizaciones que acompañamos a las víctimas y por más esfuerzo que hacemos caemos en una frustración al ver hechos como el de Mya Saldaña, la joven que fue apuñalada 47 veces por su expareja y quien hasta este momento no ha recibido justicia”, externó González Rentería. 

Aunado a esto, Ruth Fierro Pineda, coordinadora general del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM), habló sobre la importancia de que las mujeres puedan expresarse públicamente; sobre todo frente al agresor, así como de todas las acciones y  de cómo los actos que vivieron trascendieron en su vida. 

“Yo considero o nosotras hemos visto que las mujeres se sienten satisfechas como si hubiera esta necesidad de comunicarlo; para nosotras eso es muy importante ya que anteriormente el proceso no era oral y muchas veces todo se quedaba a lo que estaba en el expediente y a lo que él o la ministerio público recabó y creyó que era importante pero no de la propia voz de las víctimas.  Anteriormente cuando el proceso no era oral y no era inquisitorio había más cabida para que jueces y juezas tuvieran quizá decisiones más arbitrarias partiendo de lo que consideraran”. 

Al cuestionarle qué enfoque deberían de aplicarse en los procesos de justicia para las mujeres, esta defensora de derechos humanos dijo que en México a pesar de tener un marco jurídico que es la Ley General de Víctimas donde se contempla ampliamente la reparación del daño con medidas de rehabilitación, restitución, satisfacción, garantías de no repetición y compensación, no es una realidad en el país. 

“La verdad, la mayoría de los casos siguen acotándose o entendiéndose como que el objetivo de un juicio que se presenta es la sanción que implica determinados años en la cárcel y terapias psicológicas, es un poco hasta donde hemos llegado; lo mismo en el abuso sexual, en nuestro sistema tiene esa posibilidad de que a través de esos procesos hubiera verdaderas reparaciones del daño que hubiera esas medidas de no repetición.  A eso no nos estamos dedicando a pensar ni jueces, ni fiscalías, ni defensores; deberíamos de decir: ya esto ocurrió y este caso llegó a hasta esta sentencia, pero cómo pensamos más allá de este caso, que cosas hubo en esta situación concreta que conocimos y de la que podemos aprender para que no se siga repitiendo; ese es el salto que nos falta para poder cambiar a una justicia con un enfoque más transformador y restaurativo”, finalizó Fierro Pineda. 

LAS MUJERES INDÍGENAS, EN RECLUSIÓN Y LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCESNTES

Unos de los sectores con mayor grado de vulnerabilidad al recibir justicia son las mujeres indígenas, aquellas que se encuentran en reclusión y las niñas, niños y adolescentes a quien en muchas ocasiones se les violentan aún más sus derechos humanos; tal es el caso de “Rosa”, (nombre ficticio por cuestiones de seguridad), quien es de origen ralámuli y quien desde su experiencia narra lo importante que es que las personas que son detenidas conozcan sus procesos y que les sean explicados en su lengua natal. 

“Serviría muchísimo que se trabajara con enfoque de perspectiva de género e interculturalidad; todos somos inocentes hasta que se nos demuestre lo contrario, así es que es importante que a las personas que están en un proceso legal se les explique cómo va el proceso; o bien, en muchas ocasiones, algunas mujeres van en calidad de testigo y no lo saben y piensan que son las personas acusadas”. 

Así mismo, otra mujer que estuvo privada de la libertad y a quien llamaremos “Sandra”, dijo que las sentencias en Chihuahua no son del todo justas y que se debería de estudiar un poco más para poder llegar a una justicia llana, en la que una mujer reciba una sentencia justa al igual que un hombre. 

“Desde mi perspectiva y mi vivencia con estos casos, hay sentencias en donde a una mujer se le ha dado una sentencia superior a la de un hombre ¿por qué? Porque esta persona tenía una mejor defensa aún y cuando la mujer solo haya sido cómplice circunstancial y el hombre haya sido el ejecutor del delito. Es algo sumamente arraigado el estereotipo de la mujer que está en reclusión, está muy arraigado en la mente de la sociedad”. 

Catalina Castillo de la Red por la Infancia en Ciudad Juárez destacó la importancia de que en 2011 se haya modificado la Constitución Mexicana donde dice que toda persona: niñas, niños, adolescentes son sujetas de derecho con personalidad jurídica. 

“En ese sentido, creo la importancia de la armonización de todos los sistemas a favor de los derechos de las niñas, niños y adolescentes; es necesario tener ese enfoque que tiene que ver con una experiencia y con capacitaciones permanentes en el enfoque de derechos de infancia”. 

Así mismo, Catalina Castillo señaló que hay que seguir capacitando a las y los maestros, a las catequistas, a las personas que están en los centros comunitarios y a todas las personas que trabajen en los espacios en los que se atienden a menores de edad. 

El Centro de Atención a la Mujer Trabajadora de Chihuahua A.C. (CAMT) es una organización no gubernamental conformada como Asociación Civil desde 1991, integrada por mujeres profesionales feministas que trabajan de manera interdisciplinaria y multifuncional.


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