Por Ana Lilia Dueñas: Las constelaciones familiares, un enfoque terapéutico desarrollado por Bert Hellinger en la década de 1990, han ganado popularidad en los últimos años, prometiendo resolver conflictos personales y familiares mediante la representación visual y simbólica de relaciones familiares. A pesar de su creciente aceptación en algunos círculos, es fundamental abordar este fenómeno con un espíritu crítico y un análisis riguroso para entender mejor su verdadero impacto y validez.
El Atractivo de lo Simbólico
La premisa de las constelaciones familiares radica en la idea de que los problemas personales y emocionales están intrínsecamente ligados a los patrones y dinámicas familiares, a menudo inconscientes. En una sesión típica, los participantes representan a miembros de la familia en un espacio físico, creando una especie de "escena" que se ajusta para revelar y resolver dinámicas subyacentes. Este enfoque apela a quienes buscan soluciones rápidas y visuales a sus problemas, basadas en una interpretación simbólica que parece ofrecer una explicación tangible y ordenada a problemas complejos.
Falta de Fundamentación Científica
Sin embargo, es crucial señalar que las constelaciones familiares carecen de una base científica sólida. La metodología utilizada en estas sesiones no ha sido validada por estudios rigurosos ni por la comunidad científica. Las afirmaciones sobre la eficacia de las constelaciones se basan principalmente en testimonios anecdóticos y experiencias personales, en lugar de evidencia empírica. La ausencia de estudios controlados y revisados por pares limita la capacidad de evaluar la verdadera eficacia y seguridad del enfoque.
El Riesgo de la Autonomía Terapéutica
Un aspecto preocupante es el potencial de las constelaciones familiares para influir en la autonomía de los participantes. Al depender de la interpretación de un facilitador, los participantes pueden estar en riesgo de aceptar sin cuestionar explicaciones y soluciones que podrían no estar basadas en una comprensión completa de sus problemas. Esto plantea un riesgo significativo si los participantes toman decisiones importantes basadas en la información y las interpretaciones proporcionadas durante la sesión.
Aspectos Éticos y Comerciales
La promoción de estas sesiones como una solución mágica para problemas complejos puede desviar a las personas de enfoques terapéuticos basados en evidencia más rigurosa y efectiva. Además de que no podemos dejar de apuntar, es una práctica que lucra económicamente con el malestar, tristezas y problemas de salud mental de los individuos, ya que estas terapias de ninguna manera son gratuitas.
Por otra parte, este tipo de terapias pueden promover ideas pseudocientíficas y teorías sin fundamento, lo que puede ser contraproducente y afectar la confianza en la psicoterapia en general. Estas terapias también pueden llevar a los pacientes a posponer o evitar tratamientos psicológicos basados en la evidencia, lo que puede tener graves consecuencias para su salud mental. Recuerde que la recomendación fundamental de los expertos es acudir a un profesional en Psicología que esté capacitado y tenga los conocimientos necesarios para tratar cualquiera que sea su motivo de consulta.
José Miguel Cuevas Barranquero, doctor en Psicología y profesor de la Universidad de Málaga, y responsable del único servicio público de atención a víctimas de sectas en España ya ha hablado públicamente al respecto y puntualiza los que, a su juicio, son los aspectos más oscuros de las Constelaciones Familiares:
1. Falacia atributiva: "todo el peso del problema recae en los traumas acontecidos en generaciones pasadas", de forma que el paciente sólo sería una víctima, sin responsabilidad alguna en lo que le pasa. Esto "puede conllevar una infantilización del cliente".
2. Atribución delirante: la relación causa-efecto entre los traumas pasados y los problemas actuales "puede dar pie a creencias delirantes o fantasiosas que no se sostengan a la luz de la evidencia empírica".
3. Alejamiento de soluciones reales: la mezcla de los puntos anteriores con "una posible mejoría sintomática (efecto placebo) puede conllevar que el participante deje de buscar soluciones reales al problema del que se aqueja", cuando en ocasiones puede ser hasta un trastorno psicológico.
4. Culpabilización de la familia: atribuir a los parientes la responsabilidad de todo lo malo puede derivar en "un aislamiento del medio familiar (o de la pareja)", que puede ser accidental… o buscado por el propio facilitador, que aplica así una típica técnica del fenómeno sectario, para manipular con mayor facilidad a la víctima.
5. Brotes psicóticos: En algunas ocasiones, hay "personas que después de unas Constelaciones Familiares han llegado a sufrir brotes psicóticos. Algunas de ellas sin haber tenido un historial previo de problemas de salud mental. Algunos de tales casos, alejados de las Constelaciones Familiares y reconducidos con una terapia de verdad, han conseguido retomar una vida normal".
Es por eso que es importantísimo reflexionar sobre este tipo de prácticas, en un momento histórico en que los padecimientos de salud mental van en aumento, al igual que la tasa de suicidios, Chihuahua es uno de los estados y su capital, una de las ciudades con más suicidios en el país, he ahí la importancia de que desde el ámbito publico y privado se brinden servicios de salud mental de calidad y avalados por la ciencia y la ética.
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