ES PALABRA DE ZAPPA: "A la realidad te la inventan personas que la diseñan como una coreografía. Existe una oficina en algún lugar de Washington, con gente de la que nunca has oído hablar, que diseña la realidad. Y no solamente diseña los sucesos que van a ocurrir, sino también diseña cuál será la interpretación internacional que se hará de esos sucesos. Y esto se distribuirá a todo el mundo a través de los medios de comunicación, sin que nadie te pregunte a ti nada. Créelo". [Frank Zappa]
Por Katya Galán.- En medio de un clima global cargado de tensiones por el control de los recursos energéticos y a menos de tres meses de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, que definirán la postura estadounidense ante el conflicto internacional, la noticia del encarcelamiento de Ismael "El Mayo" Zambada y Joaquín "El Güero" Guzmán López ha desatado una serie de especulaciones y controversias que trascienden el entorno local del estado de Sinaloa, de donde son originarios los detenidos. Zambada, uno de los capos de la delincuencia organizada más poderosos del mundo, y Guzmán López, hijo del conocido Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera, quien cumple cadena perpetua en Estados Unidos por dirigir el Cartel de Sinaloa, han sido capturados en territorio estadounidense.
Un evento muy relevante no solo por su magnitud, sino también por las circunstancias en torno a la detención, ha desatado un torbellino de incertidumbres. Frank Pérez, el abogado principal de Zambada, hizo público un comunicado el 10 de agosto, presentado como una declaración de "El Mayo" en la que niega haberse entregado voluntariamente y afirma haber sido engañado y secuestrado por Joaquín Guzmán López. Según el comunicado, Zambada habría sido convocado a una reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y el diputado electo por la coalición PAN-PRI-PRD y ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Melesio Cuén Ojeda, con el fin de mediar en diferencias entre ellos. Sin embargo, Rocha Moya asegura que no se encontraba en Sinaloa en el momento del supuesto encuentro. El comunicado no menciona que Zambada haya visto al gobernador, solo que se le había informado que estaría presente.
La situación se complica con la noticia de la muerte de Héctor Melesio Cuén Ojeda, quien, según un primer informe, fue reportado como víctima de un intento de asalto armado en una gasolinera y habría fallecido posteriormente en el hospital al que fue trasladado, según las autoridades estatales. Sin embargo, el comunicado de Zambada contradice esta versión, alegando que Cuén Ojeda fue asesinado en el lugar del presunto secuestro y que, además, era amigo del capo "desde hacía mucho tiempo". Esta afirmación, junto con las circunstancias poco convencionales de su asesinato, sugiere posibles vínculos entre el diputado electo y el crimen organizado.
La incredulidad de muchos analistas y expertos se centra en la idea de que Ismael Zambada, un líder con vasta experiencia en el crimen organizado, haya sido engañado y secuestrado por alguien con menos experiencia, como Loera López. Este escenario parece improbable, dada la posición y la astucia de Zambada en el mundo del crimen.
El caso del secuestro del médico Humberto Álvarez Machain en 1992, quien fue presuntamente implicado en la tortura y asesinato del agente de la DEA Kiki Camarena, ofrece un precedente relevante. Álvarez Machain fue acusado de haber mantenido con vida a Camarena mediante narcóticos, y su abogado argumentó que su cliente había sido llevado ante las autoridades de manera ilegal, como resultado de su secuestro en México. El juicio concluyó con la liberación de Álvarez Machain por falta de pruebas.
A la luz de estas especulaciones, la posibilidad de que Zambada se declare inocente basándose en un supuesto secuestro podría convertirse en un elemento clave de su defensa. No se puede descartar que el comunicado sobre su situación sea una estrategia legal para impugnar la validez del proceso o sembrar dudas sobre la legitimidad de su arresto. Esto pondría presión sobre el presidente López Obrador, quien posiblemente tendría que reclamar al ciudadano mexicano Ismael Zambada García en resguardo de sus derechos, liberándolo de la justicia estadounidense o, al menos, retrasando el proceso al argumentar que fue secuestrado.
En un panorama más amplio, lo que podría interpretarse como un intento de desestabilizar al Estado mexicano en medio de un conflicto mundial por los recursos energéticos y la inminente elección presidencial en Estados Unidos en noviembre, la detención de estas figuras del crimen organizado refleja una compleja intersección de intereses políticos, económicos y judiciales. El caso de Zambada podría tener implicaciones que trascienden el ámbito judicial, afectando la percepción pública sobre la gestión de la justicia y la seguridad tanto en México como en Estados Unidos. Por ello, el desarrollo y la resolución del caso Zambada son de crucial importancia para comprender las dinámicas actuales del crimen organizado y la política internacional.
Es así como ha surgido una controversia que pone en el centro del debate la relación entre México y Estados Unidos en el ámbito de la seguridad y el crimen organizado. La narrativa oficialista estadounidense, junto con periodistas vinculados a la oposición al gobierno mexicano, afirman que la decisión del Departamento de Justicia de actuar sin coordinarse con las autoridades de nuestro país se debe a la “falta de confianza” en el presidente Andrés Manuel López Obrador y en el embajador Ken Salazar, a quienes señalan de ser “muy cercanos”. Sin embargo, esta versión parece dejar peor paradas a las autoridades estadounidenses que a las mexicanas, ya que, de ser cierta, estaríamos hablando de operaciones encubiertas e intervencionistas en territorio mexicano que constituirían una grave violación de la soberanía nacional.
La actuación unilateral del Departamento de Justicia de EE.UU., si se confirma, podría interpretarse como un menosprecio a la autoridad y a la capacidad del Estado mexicano para manejar asuntos de seguridad en su propio territorio. El presidente López Obrador ha señalado que, si estas alegaciones resultan ser ciertas, Estados Unidos tendrá que ofrecer una explicación detallada sobre sus acciones. La intervención sin previo aviso en territorio nacional no solo desafía los principios de cooperación bilateral, sino que también pone en riesgo la estabilidad y el respeto mutuo que deben regir las relaciones entre países soberanos. La cooperación en materia de seguridad y justicia requiere un alto grado de confianza y coordinación. Cuando una de las partes actúa de manera unilateral, no solo se comprometen los acuerdos de cooperación, sino que se pueden generar fricciones que afectan la eficacia de las operaciones y la seguridad en general.
Dado el escenario actual de tensiones globales en el que, en días recientes, el poderío militar y de inteligencia iraní ha sido mostrado con la revelación de las posiciones de buques estadounidenses y españoles, y Putin ha invitado a Nicolás Maduro a que Venezuela forme parte de los BRICS, el bloque de potencias económicas y militares está desafiando la hegemonía occidental en un momento en que Estados Unidos y la Unión Europea parecen estar perdiendo terreno en sus respectivas guerras. Ante estos acontecimientos, no es descabellado pensar que tanto Washington como Bruselas estén ejerciendo presión sobre México para evitar que nuestro país siquiera considere unirse a los BRICS. La mera insinuación de una alianza mexicana con este grupo podría desatar una tormenta en el panorama geopolítico global.
En este escenario de intentos de desestabilización del gobierno mexicano, probablemente con el objetivo de presionar a la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, ante la posibilidad de que decida asociarse con los BRICS, resulta más coherente la anécdota que el presidente López Obrador compartió recientemente. Recordó que en una de las visitas al interior del país para revisar los avances de las obras, la Dra. Sheinbaum le había mencionado que en 1941 el presidente Ávila Camacho nombró al General Lázaro Cárdenas titular de la Jefatura de la Comandancia Regional Militar del Pacífico para enviar el mensaje de que México no se aliaría con Alemania, dado que el General Cárdenas no tenía vínculos que lo identificaran con el nazismo. Ahora, cuando el poder político y militar global está en proceso de reconfiguración, las decisiones que se tomen en México resonarán mucho más allá de nuestras fronteras. Este podría ser un poderoso incentivo para intentar ejercer presión mediante la captura de un capo tan influyente y sus posteriores declaraciones contra el gobierno mexicano actual, que ha desafiado en varias ocasiones la hegemonía estadounidense y de la Unión Europea. Según López Obrador, habría rechazado la sugerencia implícita, pero frente a las embestidas, no parece descabellado considerar que una figura con el peso político de López Obrador podría resultar un respaldo de consideración.
El hecho es que Estados Unidos continúa abriendo frentes de combate alrededor del mundo y México se encuentra en la encrucijada de estos movimientos globales. Es crucial recordar que los eventos no suceden en el vacío ni de manera aislada. La compleja red de intereses políticos, económicos y militares baja de la esfera global y aterriza en nuestros entornos locales. Aunque quienes mueven los hilos mantengan la información sensible fuera de nuestro alcance, lo que sucede en las esferas internacionales no deja de influir y de reflejarse en nuestra realidad cotidiana.
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