Chihuahua, Chih. – En lo que dijo ser su última rueda de prensa no solo como senador sino como político, el panista Gustavo Madero confirmó esta mañana que se despide de la política, dejando un mensaje muy claro sobre lo que considera le espera al país para los próximos seis años.
Afirmó que “vendrán seis años muy complicados para el país”, porque a diferencia del “viejo PRI, hoy el joven partido Morena está legitimado y tendrá el mayor poder político de las tres últimas décadas con varios agravantes”, como la economía y una oposición sin liderazgos.
Por ello mismo, aseveró que Morena ganó la elección por su buena oferta y narrativa social, “aunque no haya dado buenos resultados en seguridad, salud, educación, y porque a la alianza opositora nadie le creyó por su falta de autocrítica y de oferta convincente y sin duda, porque el proyecto opositor no convenció”.
Consideró que hoy el sistema político está deteriorado y los partidos han perdido su esencia “sí hemos tenido crecimiento, pero muy poco y muy desigual, más de la mitad de la gente sigue viviendo en México en condiciones de pobreza, más del 50 por ciento de los trabajadores no tienen prestaciones y el aumento al salario mínimo solo fue para el 45 por ciento de las personas y el otro 55 sigue viviendo en iguales condiciones”.
Por ello, adelantó que el Frente Cívico Nacional intentará formar un nuevo partido democrático en el que sus dirigentes no podrán ser candidatos y en el que los candidatos sean electos por medio de elecciones primarias abiertas a la ciudadanía.
Agregó que “estamos en el inicio de un nuevo ciclo político de largo aliento con un nuevo sistema político, caracterizado por una concentración de poder como no se había visto antes, pero sobre todo sin competencia por adversarios muy débiles y deslegitimados, lideres empresariales domesticados y una ciudadanía menesterosa”.
Recordó que hace tres años decidió separarse del grupo de senadores del Partido Acción Nacional, PAN, y junto con otros senadores formaron otro grupo plural, “ante lo que yo veía como un gran avance de Morena y con lo que el PAN no estaba haciendo nada para detenerlo”.
Agregó que desde entonces reflexionó sobre su entrada a la política en los años ochenta, para “combatir el autoritarismo, la falta de democracia, el presidencialismo paternalista, la corrupción y la falta de una economía abierta, competitiva e innovadora y menos dependiente”.
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