Ciudad de México.- Este martes será histórico para las mujeres en México y nivel regional porque tomará posesión la primera mujer presidenta, en el país, Claudia Sheinbaum Pardo quien será investida con la banda presidencial por Ifigenia Martínez, ícono de la izquierda y la política nacional.
Esto, tras ser elegida por unanimidad por la bancada de Morena en la Cámara de Diputados como la próxima presidenta de la Cámara de Diputados para el primer periodo ordinario de sesiones de la LXVI (66) Legislatura.
Martínez, es una de las principales promotoras de los inicios de la izquierda en México tras la fundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) junto con Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas en 1989.
La izquierda mexicana y el nombre de Ifigenia Martínez se leen juntos; con una trayectoria de más de 60 años, la política se ha consolidado como una de las figuras más importantes en el México contemporáneo al ocupar la primera fila en todos los procesos trascendentales del país, ha resistido los embates de la derecha, ha construido las bases de los partidos políticos izquierdistas y con la llegada de la primera mujer presidenta, la figura de Ifigenia Martínez resulta necesaria.
Economista, política, diplomática y académica, Ifigenia Martínez es la primera mexicana en obtener un posgrado de economía en Harvard y también, se destaca como pieza clave para la fundación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Pero más allá de ensalzar el poder de su carrera política ya consolidada, vale la pena mover el reflector hacia su ejercicio de representación; Ifigenia Martínez quebró el techo de cristal de forma reiterada y se apropió de espacios políticos que habían gozado de la ocupación exclusiva masculina, los transformó y aró el camino para otras mujeres que venían detrás.
Martínez ha dedicado su vida al ejercicio parlamentario, al movimiento por la paridad y la lucha por la democracia desde la izquierda, eso sí, a sabiendas de que este contrapeso político es eje rector por producir el equilibro.
No una transformación absoluta, sino más bien, una forma de producir armonía entre todos los actores políticos que rigen la vida en nuestro país, así lo ha dado a conocer en su entrevista con la Secretaría de Gobernación y que engloba la solidez de sus posturas:
«Yo siempre he pensado que los movimientos de izquierda en México han jugado un papel muy importante para equilibrar un tanto, no lo suficiente, pero sí para equilibrar un tanto, la distribución del ingreso…”
Movimientos, estudiantes, libertad
Maestra de Finanzas Públicas en la UNAM y posteriormente, nombrada investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas, Ifigenia Martínez se ha consolidado dentro de la máxima casa de estudios como una de las primeras mujeres en formar parte del gremio catedrático de economía.
Su visión y trabajo, la llevaron a ocupar la dirección de la Escuela Nacional de Economía en 1967, precisamente, un año antes del movimiento estudiantil, lo que la encuadró en un episodio sociopolítico complejo de opresión y militarización.
Para 1968, Ifigenia Martínez sabía bien cuál era su papel en el movimiento: Luchar y expulsar al ejército de la UNAM.
Los días en aquel entonces eran aciagos, porque mientras los Juegos Olímpicos se acercaban peligrosamente, Gustavo Díaz Ordaz, entonces presidente de México, quería dar la cara más afable del país al mundo; una nación moderna, artística y pacífica.
Al interior de las aulas estudiantiles, las juventudes y la plantilla de profesorado se preparaba para dar un revés y levantarse ante las opresiones priístas.
En una entrevista para López Dóriga, la política y catedrática narra cuando fue encerrada en una celda en Ciudad de México. Un militar le increpó que qué tanto andaba haciendo ahí en el borlote; «pues es mi escuela», le respondió con ironía la maestra Martínez.
Durante su detención, Ifigenia Martínez se encontraba con otros maestros y maestras, padres de familia y personal administrativo, cuando un aproximado de 10 mil soldados arribaron a la UNAM para ocupar las instalaciones, detuvieron a toda persona que estuviera dentro, incluyendo a la prensa. Algunas de ellas, fueron llevadas a Lecumberri y otras a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.
La justificación de este episodio fue que se habían tomado dichas medidas como un arma de prevención y un intento de restablecer el orden social. Ifigenia Martínez fue una férrea crítica a las ofensivas de Díaz Ordaz y fue una de las catedráticas más activas dentro del movimiento estudiantil.
Años más tarde, comenzó a ocupar escaños dentro de la política y, ante la mirada, priísta de hombres, Ifigenia encabezó junto a Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo la corriente democrática al interior del Partido Revolucionario Institucional al que poco después, renunciaron ante la insostenible tensión política.
Poco después, iniciaría la revolución política por un cambio que pegaba con los valores zurdos y en conjunto con otros compañeros, se fundó en 1989 el Partido de la Revolución Democrática, convirtiéndose en la primera Senadora del D.F. electa por un partido de oposición.
Sheinbaum y la maestra Martínez: El tiempo de mujeres
Una de las frases que se han convertido en sello del sexenio entrante es el llamado «tiempo de mujeres», un episodio político que apuesta a que la paridad y la toma de decisiones correrá a cargo de las políticas mexicanas; no más androcentrismo y más representación por el bien de todas. Concretamente, una red de sororidad que busca la transformación de la política desde una óptica regida por el género.
Bajo este lema, es que Ifigenia Martínez, a sus 94 años se prepara para ocupar la presidencia de la Cámara de Diputados para el primer periodo ordinario de sesiones de la LXVI Legislatura; su posicionamiento encara no sólo los discursos de género, sino también, de edadismo y es que, tras el anuncio se levantaron especulaciones importantes sobre su edad y su facultad de realizar el trabajo sin una base sólida que no se construya más allá de señalarla por su edad y sus capacidades.
Las mujeres por fin estamos tomando los lugares que hace mucho nos corresponden, pero que no teníamos”, es la respuesta de la diputada luego de ser electa para presidir el órgano legislativo. “Siento mucha felicidad porque las mujeres estamos al frente junto con los hombres, para ir hacia adelante en nuestro gran país”. señaló en rueda de prensa la maestra Martínez luego de su nombramiento.
Ifigenia Martínez ha sido uno de los bastiones más poderosos de Morena y del presidente López Obrador; lo ha acompañado desde sus inicios y mantiene una relación estrecha con el mandatario, consecuentemente, también con la morenista, Claudia Sheinbaum quien en más de una ocasión ha referido la profunda admiración que siente por la maestra Martínez.
Ahora, en el marco de la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, será Ifigenia Martínez la mujer que entregará la banda presidencial durante la ceremonia; una fotografía que, más allá del discurso partidista, trasciende en el escenario político e histórico de nuestro país.
Una reivindicación de la mujer dentro de la toma de decisión, porque mientras Ifigenia Martínez encaró al México machista de hace 60 años para hacerse un lugar en la política, los frutos de esta resistencia prosperan y ahora, el país quedará bajo la dirigencia de otra mujer.
CIMAC Noticias
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